Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT
Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT
Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
– Si – acerté a <strong>de</strong>cir rotundo. Aunque estaba realmente aturdido y había<br />
perdido <strong>la</strong> luci<strong>de</strong>z suficiente para trazar una táctica concreta. Estaba en el<br />
punto <strong>de</strong> incapacidad intelectual que él quería.<br />
Y entonces cambió <strong>la</strong> táctica <strong>de</strong>l día anterior.<br />
– ¿Dón<strong>de</strong> os reunís el Partido<br />
– En cualquier bar, tomando café. – Le contesté.<br />
– ¿Dime nombres<br />
Le dije algunos nombres cualquiera.<br />
– ¿Dón<strong>de</strong> viven<br />
– Y en <strong>SEAT</strong>, ¿cuántos sois<br />
– ¡Yo no conozco a nadie más!<br />
– Entonces, ¿quién tira <strong>la</strong> propaganda como esta – y me mostró una<br />
octavil<strong>la</strong> con el nombre <strong>de</strong>l Partido que hacía pocos días que se habían tirado<br />
en <strong>SEAT</strong>.<br />
– Yo <strong>de</strong>jo montones <strong>de</strong> propaganda por los <strong>la</strong>vabos y no se quien <strong>la</strong>s<br />
esparce luego por todas partes.<br />
– Bueno, ¿tú quieres tomarme el pelo, o qué... – y dando casi un salto se<br />
levantó <strong>de</strong> <strong>la</strong> sil<strong>la</strong>, se acercó a mi con ira <strong>de</strong> potro cerril y me agarró por <strong>la</strong><br />
so<strong>la</strong>pa, cuando estuve <strong>de</strong> pie me hizo <strong>la</strong> zancadil<strong>la</strong> y otra vez fui a parar al<br />
suelo, caí casi a sus pies. Con esa cercanía me puso un pie en el cuello.<br />
– Te mato aquí mismo, embustero <strong>de</strong> mierda! – pero aflojó el pie 112 .<br />
Hice un gesto para levantarme pero tuve que quedarme otra vez<br />
retorciéndome <strong>de</strong> dolor, porque mis piernas fueron pateadas contra el suelo y<br />
pensé que me <strong>la</strong>s había partido.<br />
– ¡Levántate! – me gritó. No pu<strong>de</strong> hacerlo.<br />
Entonces or<strong>de</strong>nó al escribiente que me ayudara a sentarme. Él también<br />
echó una mano y entre los dos me colocaron en <strong>la</strong> sil<strong>la</strong>. Y vuelta a empezar.<br />
– ¿Quién te da <strong>la</strong> propagada para <strong>SEAT</strong><br />
Le dije otro nombre cualquiera.<br />
– ¿En qué lugar <strong>la</strong> recibes<br />
– ¡No existe ningún lugar concreto, según convenga!<br />
112 Parece, nos enteramos posteriormente, que no quería <strong>de</strong>jar señales <strong>de</strong> violencia en <strong>la</strong> cara para que no<br />
salieran en <strong>la</strong> foto que nos hacían para <strong>la</strong> ficha policial.<br />
- 265 -