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Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT

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contárselo al maestro, para no aparecer ni un momento por el conflicto; fue<br />

uno <strong>de</strong> los pocos que se quedó trabajando en su máquina. Así que, entre diez<br />

o quince compañeros, montamos un dispositivo <strong>de</strong> rechazo a su<br />

comportamiento, que consistía en ir a verlo a su puesto <strong>de</strong> trabajo 74 , cada<br />

cinco o diez minutos y <strong>de</strong>cirle <strong>de</strong> todo menos bonito, al objeto <strong>de</strong> hacerle<br />

dimitir <strong>de</strong>l cargo como sabíamos que habían hecho <strong>otros</strong> en<strong>la</strong>ces.<br />

A tal respecto, <strong>la</strong> nota que Andrea Tappia hace constar en sus escritos sobre<br />

<strong>SEAT</strong>, pone <strong>de</strong> manifiesto <strong>la</strong> gran presión que los en<strong>la</strong>ces sindicales<br />

verticalistas sufrían por parte <strong>de</strong> los trabajadores,.<br />

“Normalmente no puedo superar <strong>la</strong>s críticas e ironías <strong>de</strong> los trabajadores – <strong>de</strong>cía<br />

un en<strong>la</strong>ce sindical – y aunque estoy convencido <strong>de</strong> que <strong>la</strong>boramos para aportar a<br />

nuestros compañeros lo mejor, <strong>la</strong> verdad es que soportamos una presión constante que<br />

no po<strong>de</strong>mos eludir. Cada día es más difícil poner en órbita i<strong>de</strong>as que c<strong>la</strong>rifiquen algo <strong>la</strong><br />

situación, sino es en función <strong>de</strong> unos tipos y normas que no son <strong>de</strong> esta época” (Carta<br />

<strong>de</strong>l vocal Rocabayera, Actas <strong>de</strong>l Jurado <strong>de</strong> Empresa).<br />

Aquel<strong>la</strong>s eran <strong>la</strong>s tareas sindicales, difíciles y complejas, que <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ban<br />

en <strong>la</strong> práctica <strong>la</strong>s Comisiones Obreras. No menos difícil y complejo era el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l partido, ya a finales <strong>de</strong>l año 66 y principios <strong>de</strong>l 67. Entonces,<br />

más que nunca, el Partido estaba a punto <strong>de</strong> quedar dividido en dos mita<strong>de</strong>s<br />

irreconciliables en cada reunión que se hacía. Por una parte los l<strong>la</strong>mados<br />

“carrillistas” li<strong>de</strong>rados por un grupo <strong>de</strong> tres o cuatro camaradas proce<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s fi<strong>la</strong>s católicas, que se ganaron el apodo <strong>de</strong> “arrepentidos” porque<br />

habían renegado <strong>de</strong> <strong>la</strong> militancia católica para abrazar los signos<br />

comunistas 75 . Y por otro el grupo, cada vez más numeroso, <strong>de</strong> los l<strong>la</strong>mados<br />

marxistas‐leninistas (m‐l). Aquellos que p<strong>la</strong>nteábamos que <strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada<br />

“reconciliación nacional” era una línea <strong>de</strong> trabajo c<strong>la</strong>udicacionista, vergonzosa<br />

para nuestro pueblo y <strong>de</strong>rrotista para el movimiento revolucionario que con<br />

tanto esfuerzo estábamos levantando y que tantas palizas, encarce<strong>la</strong>mientos y<br />

<strong>de</strong>spidos estaba costando a <strong>la</strong> vanguardia <strong>de</strong>l mismo.<br />

Las disputas internas eran tan profundas que quedar <strong>de</strong> acuerdo en <strong>la</strong><br />

e<strong>la</strong>boración <strong>de</strong> una simple octavil<strong>la</strong> nos llevaba horas <strong>de</strong> discusión, lo que<br />

74 Por aquel tiempo teníamos un sistema <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> prima individual y al final <strong>de</strong> <strong>la</strong> jornada, <strong>de</strong>bía apuntarse<br />

<strong>la</strong> producción que correspondía hacer a cada cual en unos pequeños impresos que tenían para tal fin. De<br />

manera que los que teníamos mucha práctica hacíamos <strong>la</strong> producción, <strong>de</strong>bidamente cronometrada, en siete<br />

horas para hacer los trabajos c<strong>la</strong>n<strong>de</strong>stinos en el tiempo restante, siempre ojo avizor para no ser <strong>de</strong>scubiertos,<br />

aunque también teníamos fórmu<strong>la</strong>s para el camuf<strong>la</strong>je.<br />

75 No sólo en <strong>SEAT</strong> se dio aquel<strong>la</strong> paradoja, por entonces fue una gran corriente <strong>de</strong> opinión católica <strong>la</strong> que, al<br />

parecer, había encontrado el lugar idóneo para aunar su credo bajo el paraguas comunista. Las ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong><br />

los “arrepentidos” tomaron tanto auge que se atrevieron a proponer que el emblema <strong>de</strong> los comunistas, en vez<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> hoz y el martillo fuese <strong>la</strong> hoz y <strong>la</strong> cruz.<br />

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