16.01.2015 Views

Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT

Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT

Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Sin dudarlo tomé <strong>la</strong> segunda opción. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel instante empezarían<br />

los preparativos para pasar c<strong>la</strong>n<strong>de</strong>stinamente <strong>la</strong> frontera.<br />

Cuando se lo comuniqué a mi mujer, no le pareció mal, por tanto <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

aquel momento fuimos haciéndonos a <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> manera que cuando llegó el<br />

momento se hizo más lleva<strong>de</strong>ro para todos.<br />

La <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> pasar a Francia había que llevar<strong>la</strong> en total secreto al objeto<br />

<strong>de</strong> que no pudiera llegar a oídos <strong>de</strong> <strong>la</strong> policía por ninguna vía. Así que<br />

so<strong>la</strong>mente lo sabían algunos miembros <strong>de</strong>l Comité Central y <strong>de</strong> mi familia,<br />

sólo mi mujer y mis suegros.<br />

Sabiéndolo el Partido, un día reuní a mis dos camaradas, Julián y Salva,<br />

para hacerles participes <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>cisión sin comunicarles <strong>la</strong> fecha <strong>de</strong> mi<br />

partida por si <strong>de</strong>seaban venir conmigo. Tras reflexionar <strong>de</strong>cidieron esperar al<br />

juicio, al parecer sus abogados les habían informado <strong>de</strong> que tenían buenas<br />

perspectivas, como así fue.<br />

David, o el Cubano, a partir <strong>de</strong> tomar <strong>la</strong> <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> exiliarme, fue mi<br />

“sombra” constante hasta dar con el día a<strong>de</strong>cuado y <strong>la</strong> vía <strong>de</strong> paso fronterizo<br />

más segura. David era un gran experto en pasos <strong>de</strong> frontera pero no sería<br />

hasta julio <strong>de</strong> 1971, cuando trajo <strong>la</strong> noticia: “¡Prepárate que mañana nos vamos a<br />

Francia!”. Y aquel<strong>la</strong> noche mi mujer y yo hicimos los preparativos y al día<br />

siguiente, muy temprano, un camarada nos llevó a David y a mí en coche<br />

hasta Pamplona.<br />

A pesar <strong>de</strong> que mi mujer y yo lo teníamos asumido cuando llegó el<br />

momento <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>spedida fue muy duro <strong>de</strong> digerir. Otra vez teníamos que<br />

separarnos, no sabíamos por cuanto tiempo, a<strong>de</strong>más sin saber cómo saldría el<br />

rumbo incierto que habíamos elegido, o mejor dicho, que nos vimos obligados<br />

a elegir, como hicieran <strong>de</strong>cenas y <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> republicanos y luchadores<br />

antifranquistas.<br />

De manera que en ese momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida apreté los dientes y<br />

acercándome a <strong>la</strong> cuna <strong>de</strong> mi hijo, que dormía plácidamente ajeno a nuestras<br />

<strong>de</strong>cisiones, le besé en silencio por miedo a <strong>de</strong>spertarle y emocionado le<br />

tras<strong>la</strong>dé el “¡Adiós, hasta pronto hijo mío!” augurando que haría lo que fuera<br />

necesario para que estuviéramos juntos otra vez. Volví sobre mis pasos y mi<br />

mujer y yo, junto a mi suegra que había venido a <strong>de</strong>spedirme, nos fundimos<br />

en un abrazo. Asegurándonos, aunque con pa<strong>la</strong>bras entrecortadas por <strong>la</strong><br />

emoción, que si todo salía como pensábamos pronto estaríamos juntos en<br />

Francia.<br />

- 285 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!