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Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT

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Des<strong>de</strong> aquel momento mi situación física y mental vendría a complicarse<br />

enormemente; acababa <strong>de</strong> ver a mi mujer con nuestro hijo en brazos y aquello<br />

trastornó el ánimo que me había marcado en los interrogatorios.<br />

Cuando llegó <strong>la</strong> hora <strong>de</strong> que yo estuviera en casa y tras pasar un tiempo<br />

pru<strong>de</strong>ncial sin tener noticias mías, María <strong>de</strong>l Carmen tomó a nuestro hijo en<br />

brazos, cogió un taxi y se fue a <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> <strong>SEAT</strong> a preguntar por mi. Allí le<br />

informaron <strong>de</strong> que yo había estado trabajando todo mi turno y no sabían nada<br />

más. Tampoco había noticias <strong>de</strong> ningún acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> circu<strong>la</strong>ción en el trayecto<br />

<strong>de</strong>l trabajo a mi casa. Por tanto <strong>la</strong> intuición <strong>de</strong> mi mujer fue certera: “A este le<br />

han <strong>de</strong>tenido”. Y sin pensarlo más tomó el taxi y se fue a <strong>la</strong> comisaría <strong>de</strong> Vía<br />

Laietana, don<strong>de</strong> se sabía que llevaban a todo <strong>de</strong>tenido político. Pero en<br />

aquel<strong>la</strong> comisaría le dijeron que tampoco estaba y cuando ya se marchaba<br />

<strong>de</strong>sconso<strong>la</strong>da un policía, al saber que vivíamos en L´Hospitalet, 109 le indicó<br />

que fuese al cuartel <strong>de</strong> <strong>la</strong> Guardia Civil <strong>de</strong> <strong>la</strong> calle San Pablo. Así fue como, ya<br />

cerca <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ocho <strong>de</strong> <strong>la</strong> tar<strong>de</strong>, mi mujer supo dón<strong>de</strong> estaba. Pero no pudo<br />

verme, antes al contrario, con <strong>la</strong> típica chulería que los caracterizaba, tras<br />

confirmarle que me encontraba allí <strong>de</strong>tenido, le dijeron que si quería tenerme<br />

pronto en casa <strong>de</strong>bía co<strong>la</strong>borar en todo. Para empezar <strong>la</strong> invitaron a<br />

marcharse a casa no sin antes advertirle que no hab<strong>la</strong>ra con nadie, ni fuera a<br />

casa <strong>de</strong> amigo o conocido alguno, porque si no también <strong>la</strong> <strong>de</strong>tendrían.<br />

– A<strong>de</strong>más – le aseguraron – <strong>la</strong> vamos a vigi<strong>la</strong>r a todas horas para saber si<br />

cumple con lo que le <strong>de</strong>cimos.<br />

A indicación <strong>de</strong>l rubiales un guardia civil salió a <strong>la</strong> calle para parar un taxi<br />

y en él montaron a mi mujer reiterándole que no <strong>de</strong>bía parar hasta llegar a<br />

casa.<br />

La brigada <strong>de</strong> lo social jugaba con todas <strong>la</strong>s ventajas ya que sabían que a mi<br />

mujer <strong>la</strong> secuestrarían en su propia casa nada más llegar.<br />

En efecto, <strong>la</strong> policía <strong>de</strong> paisano estaba por todas partes; en <strong>la</strong> escalera <strong>de</strong><br />

nuestra vivienda, en <strong>la</strong> calle y en el terrado. Así que nada más bajar <strong>de</strong>l<br />

ascensor dos policías <strong>de</strong> lo social cayeron sobre mi mujer y tras abrir <strong>la</strong> puerta<br />

<strong>de</strong> nuestra casa, pisto<strong>la</strong> en mano, le dijeron que se sentara e hiciera cal<strong>la</strong>r al<br />

niño, que lloraba asustado ante el clima <strong>de</strong> horror e in<strong>de</strong>fensión que estaba<br />

viviendo. Un policía mantenía vigi<strong>la</strong>da a mi mujer mientras que el otro, en un<br />

“plis p<strong>la</strong>s” con <strong>la</strong> pisto<strong>la</strong> en <strong>la</strong> mano, se cercioraba <strong>de</strong> que no había nadie más<br />

en cas, y tras recorrer todas <strong>la</strong>s habitaciones abrió <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> <strong>la</strong> calle para<br />

109 Des<strong>de</strong> siempre <strong>la</strong> Policía nacional y <strong>la</strong> Guardia Civil han tenido una rivalidad <strong>de</strong> trabajo y a pesar <strong>de</strong> que en<br />

teoría los campos <strong>de</strong> su función están reg<strong>la</strong>mentados, se disputaban <strong>la</strong>s autorías <strong>de</strong> los servicios informativos y<br />

<strong>la</strong>s <strong>de</strong>tenciones <strong>de</strong> octavillistas antifranquistas. Así pues, <strong>la</strong> información que <strong>la</strong> policía le dio a Maria <strong>de</strong>l<br />

Carmen sobre dón<strong>de</strong> podía estar yo, bien podría ser fruto <strong>de</strong> sus envidias.<br />

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