Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT
Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT
Algunos otros Alias de la Militancia Roja - Museo SEAT
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
tres años pudiera estar conmigo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s once <strong>de</strong> <strong>la</strong> mañana hasta <strong>la</strong>s cuatro<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> tar<strong>de</strong>. Pero <strong>la</strong> alegría <strong>de</strong> disfrutar <strong>de</strong> mi hijo durante unas horas se tornó<br />
en tristeza cuando me lo quitaron.<br />
La operación se realizaba <strong>de</strong> <strong>la</strong> siguiente manera:<br />
Todas <strong>la</strong>s madres estaban amontonadas con sus hijos en el patio. Un<br />
funcionario <strong>la</strong>s iba l<strong>la</strong>mando, y al acercarse a <strong>la</strong> puerta, otro funcionario<br />
tomaba al niño o niña en brazos y los llevaba con su padre. Yo vi a mi hijo, lo<br />
traía en brazos un funcionario, sumido en un l<strong>la</strong>nto <strong>de</strong>sesperado al verse<br />
separado <strong>de</strong> su madre y llevado hacia lo <strong>de</strong>sconocido. Por suerte cuando me<br />
vio y estuvo en mi brazos <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> llorar para abrazarse a mí con tanta fuerza<br />
que parecía quererme <strong>de</strong>cir que le protegiera <strong>de</strong> aquel hombre que lo había<br />
tomado a <strong>la</strong> fuerza. Después rió, jugamos y comimos juntos, también<br />
cantamos como solíamos hacer en casa. Muchos camaradas Vinieron a mi<br />
celda para conocerle y jugar con él, para que se encontrara cómodo.<br />
Cuando llegó <strong>la</strong> hora <strong>de</strong> llevárselo sentí como si me estuvieran quitando<br />
algo <strong>de</strong> mí mismo y no pu<strong>de</strong> por menos que irrumpir en l<strong>la</strong>nto. Por <strong>la</strong> noche<br />
tuve remordimientos, sentimientos <strong>de</strong> culpabilidad pensando que mi hijo<br />
aquel<strong>la</strong> noche tendría pesadil<strong>la</strong>s por el sitio tan tétrico que había visitado,<br />
don<strong>de</strong> lo llevó un <strong>de</strong>sconocido a <strong>la</strong> fuerza. Sólo <strong>de</strong>scansé cuando mi mujer<br />
vino a verme y, al preguntarle por él, me contó que estaba tranquilo y que<br />
hab<strong>la</strong>ba <strong>de</strong> mí recordando <strong>la</strong>s canciones que habíamos cantado.<br />
Un día mi abogado me trajo una buena noticia, era posible que saliera en<br />
libertad condicional bajo fianza. Des<strong>de</strong> ese día esperaba hora a hora el final <strong>de</strong><br />
mi encarce<strong>la</strong>miento. Pero – pensé para mí – si a mí los cuatro meses y medio<br />
<strong>de</strong> prisión se me hacían insoportables, para los prisioneros que tenían <strong>de</strong>cenas<br />
<strong>de</strong> años <strong>de</strong> con<strong>de</strong>na y que eran muchos en <strong>la</strong> España franquista, <strong>de</strong>bía ser a<br />
todas luces inaguantable. Pensando en ellos se afianzaba en mí <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
seguir en el empeño <strong>de</strong> acabar con el franquismo.<br />
Por fin mi abogado me trajo <strong>la</strong> buena nueva y al instante le di permiso para<br />
que lo comentara con mi familia y remitieran el dinero <strong>de</strong> <strong>la</strong> fianza, 40.000<br />
pesetas. En aquel tiempo era mucho dinero y en casa había poco, <strong>de</strong> manera<br />
que entre mi suegro y mi hermano José, pagaron como pudieron y salí en<br />
libertad. No sin antes, durante el día que tuve que esperar a que <strong>de</strong>positaran<br />
<strong>la</strong> fianza, <strong>de</strong>jarme acariciar por <strong>la</strong>s voces <strong>de</strong> los compañeros, al <strong>de</strong>spedirme<br />
con <strong>la</strong>s canciones que hab<strong>la</strong>ban <strong>de</strong> <strong>la</strong> liberación <strong>de</strong> nuestro pueblo. Aquel<strong>la</strong>s<br />
canciones que con tanta felicidad aprendí, ya que había participado en <strong>la</strong><br />
<strong>de</strong>spedida <strong>de</strong> bastantes compañeros.<br />
- 281 -