MANUAL DE PRODUCTO - Visita Sevilla

Inventario de Recursos
S. XIX de los inicios a la Explosión del
Romanticismo
El mito y el nombre de Sevilla se vieron
agrandados enormemente con la llegada de un
movimiento cultural que se expandió por toda
Europa: El Romanticismo. Aunque a finales
del siglo XVIII el romanticismo comenzó a dar
signos de su aparición, su plenitud se produjo
en el siglo XIX durando hasta mediados
de este siglo. Los románticos, huyeron del
racionalismo y del clasicismo imperante en
el arte y pensamiento europeos desde el
Renacimiento, mirando fundamentalmente a
la Edad Media y a otros países que para ellos
eran exóticos. Son así muy frecuentes en las
manifestaciones artísticas de este período las
temáticas orientalizantes, como se observa
en las pinturas de De la Croix o Ingres.
Otro gran eje del pensamiento romántico
es el predominio del idealismo frente al
materialismo, que los sentimientos estuvieran
por encima de la razón, el famoso “sturm und
drag”.
El pensamiento romántico encontró en Sevilla
un lugar exótico comparado con el resto de
Europa pero muy cercano a la vez, pues no
se salía de sus confines. Algunos intelectuales
de la época tornaron sus ojos hacia esta
ciudad que, como ya vimos anteriormente,
tenía un nombre hecho. Los nuevos aires
culturales románticos produjeron, pues, una
relectura de lo español y lo andaluz (muchas
veces identificando lo uno con lo otro de
forma errónea). La imagen de Sevilla se vio
renovada y reforzada de tal manera que una
determinada idea de la cuidad cristalizó en las
mentes de los europeos hasta nuestros días.
Gaetano Donizetti con dos obras de tema
Sevillano es uno de los que nuevamente dan
un impulso con una calidad apreciable al mito
de la ópera. La Favorita y María Padilla, ambos
dramas de temática medieval compuestos en
la década de 1840, son nuevas aportaciones
a la larga lista de títulos relacionados con
la capital hispalense. Mención especial
merece la también medieval Pietro il Crudele
compuesta en 1843 por Hilarión Eslava.
Compositor éste muy ligado a Sevilla durante
unos años, que dejó no sólo este testimonio
de su periodo sevillano, sino también el
famosísimo Miserere.
Otro autor Italiano, Giuseppe Verdi, gran
renovador del lenguaje lírico, en 1862
compuso La fuerza del Destino. Ópera que de
nuevo toma una composición de la literatura
romántica, en este caso Don Álvaro o La Fuerza
del Sino del Duque de Rivas. La arrebatadora
trama en la que muere prácticamente todo
el reparto es una de las piezas clásicas que
encuentra espacio cada año en numerosos
teatros de la ópera del mundo entero. El ciclo
de grandes óperas de temática sevillana
culminará con Carmen de Georges Bizet. Los
libretistas Ludovic Halévy y Henri Meilhac
se basaron en la obra romántica de Prosper
Mérimée. Entre todos escribieron la ópera que
ha sido uno de los mitos más potentes de la
ciudad de Sevilla junto con Don Juan. Bizet,
que murió muy al poco de estrenarse su obra,
nunca pudo experimentar el enorme éxito que
cosechó
Por último hablaremos de la renovación
del Mito de Don Juan, pero esta vez desde
la óptica romántica y Zorrillesca del Tenorio
y desde otro mito romántico basado en el
personaje de Don Miguel de Mañara.
De este modo, el discurso interpretativo de
este segundo ámbito temático de esta Ruta se
vertebra en torno a los siguientes elementos:
> Eclosión de nuevos teatros para la
ópera
Durante este período la ópera se va
alejando de las clases populares y
medias, configurándose como un
espectáculo exclusivo para la burguesía.
Este fenómeno se desarrolla a través de
buena parte del siglo XIX. Sin embargo,
la demanda de espectáculos teatrales
de toda índole dio como fruto la
proliferación de salas por toda Sevilla,
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