MANUAL DE PRODUCTO - Visita Sevilla

0.3 / análisis interno
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sus ansias de tener un lugar suficientemente
exquisito. Pronto el Principal, también,
recobró la ópera y la clientela perdida, con
espectáculos más serios.
Ensayos y fracasos de una nueva política
teatral (1837-1847):
Para alejar a las clases populares del Principal
se sigue una política de construir pequeños
teatros en las barriadas populares, lejos del
centro. La lista no es nada desdeñable:
¬ El Teatro de la Misericordia (1833 a 1845)
en la C/ Misericordia, en el barrio de San
Juan de la Palma y ofrecía variedades.
¬ Teatro de San Martín (1835 hasta 1836)
en la C/ San Martín. También ofrecía
variedades.
¬ Teatro de Vistalegre (1840, duró 8
meses) en la C/ Puerco (hoy C/ Trajano).
¬ Teatro de La Campana (1841 a 1844)
en el ex-convento de Santa María de
Gracia. En este teatro participo Calderi
Hijo.
¬ El Teatro de San Jacinto en Triana,
también Joaquín Calderi participó en el
proyecto (1844-1853).
¬ Teatro de Hércules o de la Feria situado
en el barrio homónimo, donde más
población trabajadora se enclavaba
(1844-1861). Se localizaba en la C/
Arrayán, en el Palacio abandonado de
los marqueses de La Algaba.
¬ Teatro de las Vírgenes (1847), en la C/
Vírgenes.
Si bien ninguno de estos teatros ofreció
óperas permanentemente, se incluyen como
muestra de la gran afición a la escena que
existió en este periodo isabelino en Sevilla.
Entre 1833 y 1847 se abrieron 12 teatros
incluyendo el Anfiteatro y el de San Fernando.
Nunca más hubo tal concentración de teatros.
En la época, toros y teatro eran las mayores y
únicas diversiones.
De este periodo data la estancia sevillana de
Hilarión Eslava. El autor navarro compositor de
piezas musicales entre las que se incluyen 3
óperas de reconocido prestigio, llegó a Sevilla
en 1832. Sin embargo, su pertenencia al clero
le privó de seguir desarrollando su talento
para la lírica. Sus superiores estimaron que la
ópera le ocupaba un tiempo que le restaba a
las composiciones litúrgicas. Esta oposición
por parte del Cardenal Cienfuegos, amigo de
los carlistas, impulsó al compositor navarro a
trasladarse a Madrid (1844).
La burguesía sevillana no fue capaz de
mantener iniciativas como el Anfiteatro
por gastos extraordinarios que no estaban
dispuestos a pagar. Cosa muy distinta ocurre
en otros teatros de España como el Liceu de
Barcelona, al que los socios aportan dinero
extra. Es comprensible si pensamos que el
número de posibles clientes para la ópera
en Sevilla no era de más de medio millar en
aquellos tiempos.
El teatro de San Fernando, orígenes y primeros
años (1847-1854):
En la desamortización de los bienes de la
Iglesia Católica en Sevilla destacaban por
tamaño y ubicación los antiguos hospitales.
El del Espíritu Santo en la antigua C/
Colchoneros (hoy C/ Tetuán donde se emplaza
el establecimiento comercial C&A) es el lugar
en el que en 1844 se presentan las primeras
iniciativas para la construcción de un gran
teatro: el San Fernando.
En la mente de los burgueses de la época
estaba la idea de que hubiera teatros para los
trabajadores, pero sobre todo para la nueva
aristocracia, con el fin de difundir su poderío