MANUAL DE PRODUCTO - Visita Sevilla

0.3 / análisis interno
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Personajes de Sevilla:
> LOS CALDERI
Los Calderi fueron una familia de comediantes
de ópera italianos que desde finales del siglo
XVIII se instala en Sevilla. Aunque más que
de los Calderi deberíamos hablar de Ana
Sciomeri, madre y verdadera alma Mater de
la saga. Gracias a ella, contra viento y marea
se construyó y mantuvo abierto el Teatro
Cómico.
Ana Sciomeri supo capear los temporales
de los que por decoro estaban en contra de
los espectáculos teatrales. Igualmente supo
sobrevivir a la invasión de los franceses,
a los años del absolutismo -a pesar de su
colaboracionismo- , a los tiempos del bienio
liberal, y a la vuelta del absolutismo.
Esta mujer, de fuerte carácter y de una
determinación a toda prueba, durante más de
tres décadas ofreció espectáculos de ópera de
más o menos calidad, pero sin interrupciones
demasiado largas. Es evidente que la historia
de la afición a la ópera en Sevilla no hubiera
sido la misma sin esta saga de cantantes
italianos, ni, por su puesto, sin su madre Ana
Sciomeri.
> MANUEL GARCÍA
Manuel Del Pópulo Vicente García nació en
la Calle Galera de Sevilla el 22 de enero de
1775. Fue cantante, compositor, productor de
ópera, director de escena, maestro de canto y
pedagogo creador de un método de canto que
lleva su nombre y que aún se utiliza. Además,
es el padre de dos cantantes de ópera que
llegaron a tener gran fama internacional: María
Malibrán y Pauline Viardot. A pesar de este
impresionante currículum, este sevillano, que
llevó la ópera por todo el mundo occidental,
como ya veremos, es un perfecto desconocido
para cualquiera que no se dedique al mundo
de la lírica o tenga inquietudes de melómano.
Su carrera musical empezó desde muy
pequeño, pues con seis años ingresó en
el coro de la Catedral de Sevilla. Durante la
niñez de García la ópera estaba prohibida en
Sevilla por influencia de la Iglesia Católica.
Como consecuencia de esta prohibición
debió desplazarse a Cádiz donde debutó en
1792.
Su carrera prosigue en Madrid a partir de
1798, donde comienza a cantar sus primeras
composiciones. Entre las obras de este
período se encuentran El Majo y la Maja, La
Declaración, Quien Porfía Mucho Alcanza, El
Criado Fingido, y la muy popular en la época
El Poeta Calculista.
A partir de 1807 Manuel García abandonó
España en dirección a Paris, en donde
encontró el éxito en papeles de tenor y gracias
a su faceta de compositor.
Italia sería su nuevo hogar desde 1811 a 1816
y lugar donde siguió con sus estudios de
música. Allí estrenó con éxito su ópera Il Califfo
di Bagdad, y recibió elogios de Rossini, que lo
eligió como tenor para su Otello y, lo que para
nosotros es mas importante, fue el conde de
Almaviva en el estreno de El Barbero de Sevilla.
Rossini y García se conocían de su etapa
parisina. Rossini, ante su desconocimiento de
la música de raíz española le pidió a García
que aportara alguna composición de este tipo
al Barbero, cosa que hizo.
Desde la vieja Europa Manuel García decidió
instalarse en Nueva York. La fortuna hizo que el
anciano Da Ponte y el sevillano se encontraran
en la ciudad norteamericana y que , fruto de
ese encuentro, ambos pusieran en pie las
primeras representaciones de Don Giovanni,
Las Bodas de Fígaro o El Barbero de Sevilla.
Así pues, fue este sevillano cosmopolita el
primer europeo que llevó a Estados Unidos el
espectáculo de la gran ópera europea.