Searle - Actos de Habla
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esta distinción <strong>de</strong> una supuesta diferencia entre nombres propios y <strong>de</strong>scripciones<strong>de</strong>finidas. Una confusión <strong>de</strong> este tipo se encuentra en el Tracla/us:«El nombre significa el objeto. El objeto es su· significado»(3.203) 7 Pero obsérvese a qué interesantes paradojas lleva esto inmediatamente:el significado <strong>de</strong> las palabras, parece, no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong>ningún tipo <strong>de</strong> hechos contingentes <strong>de</strong>l mundo, pues, aunque los hechosse alterasen, po<strong>de</strong>mos todavía <strong>de</strong>scribir el mundo. Sin embargo, la existencia<strong>de</strong> los objetos ordinarios -personas, ciuda<strong>de</strong>s, etc.- es contingente,y, por lo tanto, la existencia <strong>de</strong> cualquier significado para susnombres es contingente. Así, sus nombres no son en absoluto nombresreales. Debe existir una clase <strong>de</strong> objetos cuya existencia no sea un hechocontingente, y esta clase está constituida por los nombres <strong>de</strong> estos objetos,que son los nombres reales 8• ¿Y qué significa esto? Aquí vemosotra buena ilustración <strong>de</strong>l sentido original <strong>de</strong> toda la metatisica: el intento<strong>de</strong> leer en el mundo características supuestas o reales <strong>de</strong>l lenguaje.La réplica usual a la tesis <strong>de</strong> que existe una distinción metafísica básicaentre objetos y propieda<strong>de</strong>s es que los objetos son precisamente colecciones<strong>de</strong> propieda<strong>de</strong>s '· La primera tesis se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> la distinción entrereferir y predicar, la segunda tesis se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> la tautología <strong>de</strong> quetodo lo que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse sobre un objeto pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse por medio <strong>de</strong><strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> ese objeto. Pero ambas tesis son igualmente sinsentidos.Es un sinsentido suponer que un objeto es una combinación <strong>de</strong> sucarencia misma <strong>de</strong> propieda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> sus propieda<strong>de</strong>s, y es un sinsentidosuponer que un objeto es un montón o colección <strong>de</strong> propieda<strong>de</strong>s. Unavez más, ambos puntos <strong>de</strong> vista tienen un origen común en el error metafísico<strong>de</strong> <strong>de</strong>rivar conclusiones ontológicas <strong>de</strong> tesis lingüísticas.Existen tres objeciones al punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> que los nombres propiosno tienen sentido:l. Usamos los nombres propios en proposiciones existenciales,por ejemplo, «Existe un lugar tal como África», «Cerbero no existe». Aquíno rue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que los nombres refieran, puesto que ningún sujeto <strong>de</strong>un enunciado existencial pue<strong>de</strong> tener referencia. Si la tuviese entonces,la condición previa <strong>de</strong> que el enunciado tuviese un valor <strong>de</strong> verdad garantizaríasu verdad si el enunciado fuese afirmativo, y su falsedad sifu ese negativo. (Esto es justamente otra manera <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que «existe» noes un predicado.) Todo enunciado existencial enuncia que se instancia7 La afirmación <strong>de</strong> Mili <strong>de</strong> que !os nombres propios no tienen significado, podríaparecer que es inconsistente con la afirmación <strong>de</strong> Wittgenstein <strong>de</strong> que los objetos sonsus significados. Pero no son inconsistentes (Ambigüedad <strong>de</strong> «significam («mean>)) y«be<strong>de</strong>utcn»). Ambos dicen que los nombres propios tiencr1 referentes, pero no sentidos.8 Cfr. también Platón, Teeteto.9 Por ejemplo, Russcll, An lnquiry into Meaning and Truth, Londres, 1940,página 97.168