Agresiones sexuales
Agresiones sexuales
Agresiones sexuales
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
AGRESIONES SEXUALES<br />
6.5.1. La percepción: lo peor que le puede pasar a una mujer<br />
En estos grupos aparecen mencionadas con gran fuerza las consecuencias de las agresiones<br />
<strong>sexuales</strong>, todas ellas diversas y negativas. La agresión sexual es sentida como una fuerza<br />
destructora que deja a las mujeres impotentes, manchadas, aniquiladas emocionalmente…<br />
Una agresión, y no sólo la violación, se concibe unánimemente como «lo peor que le puede<br />
pasar a una mujer». En el imaginario de este colectivo la agresión es interpretada como<br />
el inicio de una degradación paulatina que difícilmente se puede frenar y que, en ocasiones,<br />
lleva a las víctimas al desarraigo, a desarrollar conductas delictivas y, en suma, a la<br />
exclusión social, la cárcel o la muerte. No es de extrañar esta visión tan extrema, si tomamos<br />
en cuenta que las experiencias vividas por muchas de las mujeres participantes en estos<br />
grupos habían pasado por experiencias similares.<br />
Las consecuencias de una agresión sexual mencionadas por ellas son: «Aislamiento, drogas/alcohol<br />
(como una forma de evasión, como un refugio para olvidar), prostitución, rechazo<br />
(de la familia, la pareja, la sociedad) por haber verbalizado que has sido agredida<br />
sexualmente, autolesión, enfermedad, muerte y/o suicidio, manchar/ensuciarte el cuerpo,<br />
perder dignidad, estrés, depresión, alejamiento de la sociedad, dolor, miedo, embarazos<br />
no deseados, contagio de enfermedades de transmisión sexual, síndrome de estrés postraumático,<br />
inseguridad, impotencia, ocultamiento, sumisión, negación, lágrimas, vergüenza,<br />
anulación como persona, tristeza, timidez, indignación, falta de autoestima, humillación,<br />
sentimiento de culpa…».<br />
Para todas ellas, la agresión vivida marca un antes y un después por su carácter invasivo<br />
y deja una huella de por vida, de ahí su énfasis en las consecuencias de las agresiones<br />
como categoría central de su discurso.<br />
Cuando preguntamos por las causas de las agresiones <strong>sexuales</strong> recibimos una variedad<br />
de explicaciones que van desde las más politizadas, ligadas a la experiencia del país de<br />
origen de algunas de las participantes (violación de los Derechos Humanos, guerra), hasta<br />
las más personales y de tipo moral, entre las que se mencionan el irrespeto, la sumisión, el<br />
sometimiento, el machismo, las mentiras y cobardía de los hombres, la dependencia de las<br />
mujeres y la soledad del agresor.<br />
Es interesante constatar que, al principio de la discusión, en los grupos todas coincidían en<br />
que la violencia era mayor en sus países de origen, pero a medida que se iba desarrollando<br />
el debate y que iban compartiendo las experiencias vividas en Euskadi, su opinión fue<br />
cambiando.<br />
— Vea, no me había dado cuenta cuánta violencia hay aquí.<br />
— ¡Cuánta violencia vivimos nosotras las inmigrantes!<br />
— Son pervertidos estos españoles, quién lo diría.<br />
— Y no nos damos cuenta.<br />
(G. mujeres migradas 1)<br />
84