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Agresiones sexuales

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AGRESIONES SEXUALES<br />

lectivo que los agresores <strong>sexuales</strong>. No obstante, cuando reconocen que la mayor parte de las<br />

agresiones suceden en el ambiente en que ellos se mueven (la noche y la fiesta), su discurso<br />

desmarcado de la violencia se contradice con los comentarios que hacen sobre las agresiones<br />

ocurridas en un contexto en el cual se sienten participantes o espectadores pasivos.<br />

6.6.3. Los menos jóvenes y sus dificultades con los límites<br />

Es destacable, en primer lugar, que en este grupo de hombres, a diferencia del anterior, el<br />

discurso sobre las agresiones <strong>sexuales</strong> ya no es tan políticamente correcto. Esta diferencia<br />

puede tener relación con la mayor experiencia de estos chicos de relaciones afectivo-<strong>sexuales</strong><br />

con mujeres, e incluso, con que en el desarrollo del debate y la presentación de ejemplos<br />

de agresiones <strong>sexuales</strong> más difíciles de detectar a primera vista (como puede ser una mirada<br />

desagradable), surja la percepción de sí mismos como agresores de baja intensidad.<br />

Todos reconocen que han tenido ocasión de ver una agresión sexual a alguna mujer cercana<br />

(hermana, amiga, novia…) o incluso saber de alguna situación dolorosa de agresión<br />

(física y/o emocional) vivida por alguna de ellas. Sin embargo, reivindican criterios claros<br />

para identificar qué es una agresión sexual, porque algunos no creen que un piropo pueda<br />

ser algo muy grosero u ofensivo ni que las palabras puedan considerarse agresiones;<br />

otros, en cambio, piensan que los insultos, humillaciones o cualquier otra conducta ofensiva<br />

verbal también son agresiones.<br />

Los límites que diferencian una agresión de una conducta de flirteo fue un eje importante<br />

en la discusión de este grupo. Prácticamente todos reconocían que a lo largo de su vida<br />

habían realizado algún acto que podría considerarse como agresión sexual leve: comentarios<br />

obscenos a una mujer, chistes, comentarios machistas sobre las mujeres o forzar «un<br />

poquito» a su pareja para mantener relaciones <strong>sexuales</strong>. Pero algunos normalizaban estas<br />

situaciones considerándolas «cosas de pareja» y aseguraban que, en las ocasiones en que<br />

ellos cedían a tener relaciones <strong>sexuales</strong> ante la presión de su chica, no se denominaban<br />

agresión.<br />

Hay que tener claro el concepto de agresión, al final estando en un ambiente distendido no<br />

estás continuamente analizando agresión/no agresión, igual la capacidad de analizar la<br />

agresión como tal no es importante (G. chicos 1).<br />

Al igual que el grupo de chicos más jóvenes señalan que, fuera del hogar, la noche y la<br />

fiesta son los lugares propicios para este tipo de agresiones. Algunos han vivido o presenciado<br />

casos de agresiones en este contexto (donde el chico insiste a pesar de la negativa<br />

de ella y al final han tenido que intervenir); otros creen que es difícil detectarlas porque en<br />

este ambiente se pierde el control y no se está fiscalizando lo que hace la gente ya que<br />

cada persona está a lo suyo. El alcohol, la desinhibición, el flirteo, la aglomeración… todo<br />

ello contribuye, desde su punto de vista, a que los chicos pierdan conciencia y no sean totalmente<br />

responsables de lo que hacen.<br />

Te puedes poner burro pero te tranquilizas y ya está, pero hay gente que igual con el baile…<br />

pues el agresor potencia más su deseo sexual (G. chicos 1).<br />

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