Anais do III Encontro Nacional de Estudos sobre o Mediterrâneo ...

FILÓSTRATO Y LA VIOLENCIA EN SUS IMÁGENES, ¿PRÁCTICAS IMPERIALISTAS DE UN SOFISTA EN EL
MEDITERRÁNEO ANTIGUO?
Por esta razón, el impacto visual y emocional del espectador está promovido no sólo por el
cambio en los motivos representados (ahora enfrentamientos brutales y muertes) sino
también por la transformación en la mirada del observador. En general, las figuras que
componen los grupos escultóricos están dispuestas en diferentes ángulos, en una
composición dinámica, lo cual exige que el lector deba moverse en torno a ella para tener
una visión global de la escena representada. Así, el rasgo común de esta iconografía es que
requiere de un observador activo, que reconozca la escena mítica, se involucre emocional e
intelectualmente con las pasiones representadas e imagine la narración de ese relato
terrorífico. En esa lectura, el lugar de los sofistas también aparece implícito ya que el arte
de la interpretación era la especialidad de la Segunda Sofística, mediada por la erudición y
el reconocimiento social que distinguía a los pepaideumenoi imperiales. Precisamente en
este lugar de intérprete es donde se posiciona el sofista de las Imágenes, quien se halla en
una casa en Nápoles en cuya galería están reunidas las pinturas (γραφαί) que él describirá
a lo largo de su obra (ἑρμηνεύσουσί ...Im. 1. Preom.1.3.10).
De las sesenta y cinco grafai, divididas en dos libros, los temas de violencia se
concentran en el segundo de ellos. Allí aparece Forbante que exhibe las cabezas
decapitadas de sus competidores (II.19) y la serie de escenas sobre Heracles donde se
destacan, por la crueldad, la muerte de Anteo (II.21), Heracles enloquecido donde aparecen
los hijos despedazados a manos de su padre (II.23) y las Honras fúnebres para Abdero que
describe el cuerpo devorado del joven por las yeguas de Diomedes (II.25), todos estas
ekfraseis son señaladas por von den Hoff 6 .
Es sabido que los motivos de las Imágenes de Filóstrato, aunque constituyen grafai
(pinturas, escrituras) sofísticas, están íntimamente ligadas a la iconografía de las dinastías
de los Antoninos y los Severos. Es decir, que los motivos que encontramos en sus
Imágenes se corresponden, muchas veces, con los mismos que figuran en los murales
pintados, mosaicos o incluso esculturas de otras ciudades del Imperio 7 . El ejemplo
escultórico y ekfrástico de la lucha de Heracles y Anteo es una muestra de ello 8 . Sin
6En realidad, la lista podría ampliarse considerablemente: la agonía de Hipólito (II.4), el campo cubierto de
cadáveres después de la victoria de Rodoguna (Im. II.5), el triunfo olímpico y muerte de Arriquión (II.6), el
suicidio de Pantea (II.9) sobre el cadáver de su marido, la muerte criminal de Casandra (II.10) el castigo de
Áyax Locrio en las Rocas Giras (II.13), el cadáver que entierra Antígona (II. 29) y el suicidio de Evadne (II.
30) sobre la pira funeraria de su marido. Todas ellas también representan algún tipo de furor. Sin embargo,
para este artículo nos hemos centrado en las piezas que sustentan la argumentación de von den Hoff a fin de
reconsiderarlas desde la perspectiva aquí propuesta.
7Para un enfoque general de este tema ver los estudios de Anderson (1986; 1993) y Elsner (2007).
8El motivo de la lucha de Heracles y Anteo era un motivo frecuente en la cerámica de figuras rojas de los
NÚCLEO DE ESTUDOS DA ANTIGUIDADE
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