Revista66

Francisca Fuentes Scarlett Morales
En el proceso becario participaron 35
liceos técnicos de Santiago y alrededores, de
comunas cercanas como Rancagua y Buin,
de entre 45 que se convocaron. Los
antecedentes que LTB pide a estas
instituciones son el número total de alumnos,
desde qué año están funcionando, etc., lo que
no significa que se excluyan ya que todos los
alumnos participan; también se piden las
notas, de primero a tercero medio y del
primer semestre de cuarto medio. La nota
mínima exigida es seis. Cada liceo envía al
mejor alumno de cuarto medio en términos
académicos y que tenga ganas de estudiar y
surgir, de hecho algunos colegios realizan
una competencia interna para elegir a sus
representantes. Para nivelar conocimientos se
hacen clases magistrales a todos los que
participan, que este año fueron siete, y que se
hicieron en Inacap Apoquindo y DuocUC.
Los chefs de LTB planificaron estas clases
magistrales que se llevaron a cabo los días
lunes, de 15:00 a 17:00 horas, y que son
teóricas y prácticas. Finalizado este proceso
se hace el concurso cuya parte teórica vale
70% del total de la nota, y una parte práctica
que vale 30%. En la práctica todos deben
cocinar el mismo plato, algo sencillo, que
permite medir técnicas básicas. Las clases
magistrales forman parte de la parte teórica,
en ésta los chefs de LTB envían las preguntas
para que los chefs-profesores de LTB de
Inacap puedan crear la prueba que dura una
hora aproximadamente. Se le da una
ponderación mayor a la parte teórica porque
los alumnos becados que entran a estudiar ya
han practicado en sus respectivos liceos.
Lo que tuvieron que preparar los alumnos
este año fue la cocción de una pasta y una
salsa bechamel gratinada, la que fue evaluada
por ocho jurados de LTB. Otra comisión de
chefs evalúa el trabajo dentro del taller,
viendo que éste se encuentre limpio,
ordenado, que cumpla con los estándares de
seguridad alimentaria. También se ponderan
los procesos, los platos, la presentación, etc.
“Mi profesora me llamó por teléfono para
darme la noticia, comenta Fabiola Guzmán,
me puse a llorar de pura emoción. En el
colegio me hicieron un homenaje, me
entregaron una medalla y un diploma y yo
seguía llorando. Mis padres no lo podían
creer, y es que me costó tanto, me esforcé y
estudié mucho, pero valió la pena”.
Por su parte, Scarlett Morales señaló: “mi
colegio había ganado los dos años anteriores,
tenía la presión de que tenía que ganar así
que estudié la semana antes de la prueba,
fuerte, todo el tiempo. De verdad no pensé
que iba a ganar, a los demás los veía seguros,
terminaron rápido la prueba. Después supe el
resultado por mi profesor, que verifiqué
cuando leí el correo”.
“Mi colegio nunca había ganado una beca,
recuerda Francisca Fuentes, así que estaban
felices, tanto que mi profesora que me dio la
noticia estaba tan emocionada como yo”.
David Illanes Fabiola Guzmán
Chef&Hotel|empresas&productos
Por último, David Illanes manifestó que
“todo el colegio ya sabía que había ganado,
pero yo me enteré después. Mis compañeros
fueron los que me contaron que mi profesor
estaba emocionado con la noticia, igual que
mi familia. Entrar a estudiar a una institución
como Inacap no es fácil, en mi caso quería
seguir estudiando para superarme a mí
mismo, y es que me gusta mucho la carrera”.
“Nos dimos cuenta lo positivo que es que
los profesores compartan con los chefs, que
los instructores tengan otra visión y que esta
experiencia la transmitan a los alumnos que
no pueden asistir a las clases magistrales.
Además es motivante para los alumnos este
tipo de competencias, los incentiva a subir su
promedio de notas”, agrega Betty.
Finalmente, Fernando Riveros planteó que
“la idea es incorporar otras empresas a este
proyecto social porque la experiencia es muy
positiva, en todo sentido. Se ha hablado con
otras compañías que sabemos pueden aportar,
que no tienen problemas de recursos, pero
hasta el momento por diferentes razones las
gestiones no han fructificado. Quizá para que
resulte se requiere más tiempo”.
2013 marzo|chefandhotel.cl 43