DON JUAN MANUEL : - Biblioteca Tomás Navarro Tomás

EL LIBRO DE LOS GATOS
E estonce Buena Verdad oyó voces de osos e de lo­
bos, e de otras bestias que andaban por el monte; e
atentó lo mejor que pudo, e subióse en un árbol por
miedo que le comerían las bestias. E él que estaba en­
cima de aquel árbol, ahevos 1 las bestias que se ayun­
taron todas a cabildo so el árbol; e preguntábanse las
unas a las otras de qué tierra eran, o qué condiciones
habían cada una de las bestias, o con qué arte sabían
cada una escapar de mano de los hombres, et dijo
la raposa: —-Yo só cerca de aquí, do hay un rey,
que aquel rey es el más nescio hombre que yo nun­
ca vi, e tiene una fija muda en casa; poderla hía li­
geramente sanar si quisiese, sinon que non sabe. Et
dijeron los otros: —¿Cómo sería eso? E dijo ella:
—Yo vos lo diré: el domingo cuando van ofrecer
las buenas mujeres e dejan el pan sobre las fuesas 2 ,
e vo yo e rebato una torta, si el primero bocado que
yo tome me lo sacasen de la boca, antes que yo lo
tragase, e gelo diesen a comer, luego fablaría. Et
otra nescedad mayor vos diré: que aquel rey que está
ciego e tiene una lancha 3 de piedra en cabo de su
casa; si aquélla fuese alzada, saldría una fuente de
allí, e cuantos ciegos se untasen los ojos con aquel
agua, luego guarescerían.
E desque fué amanescido fuéronse las bestias de
allí; e ellas que se iban, pasaban unos harruqueros 4
por allí, e Buena Verdad que estaba encima de aquel
i ahevos, y más adelante hevos, he aquí.—2 fuesa, huesa, se­
pultura.—3 lancha, laja, losa.—4 harruquero, harriero.
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