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Tonya Hurley Ghostgirl<br />
—Seguro que piensas que soy idiota perdido —dijo, demostrando inusitadamente<br />
estar al tanto de que, si bien era reverenciado por Hawthorne casi en pleno, existía un<br />
reducido porcentaje de chicos, él quería pensar que minúsculo y en el que se contaba<br />
Scarlet, que se burlaban sin piedad de él a su espalda. El hecho de que la sesión de<br />
tutoría de por sí transcurriera en tan veladas circunstancias demostraba que Damen<br />
sentía que al menos tenía un secretillo que ocultar.<br />
—Qué va —se apiadó Charlotte.<br />
—Es como raro que me dé clase la hermana pequeña de mi novia —dijo mientras<br />
miraba de reojo entre los huecos de las gradas a Petula, vestida de animadora, que se<br />
preparaba para las pruebas haciendo estiramientos en el césped—. ¿Qué te parece si<br />
mantenemos esto en secreto, ya sabes, sólo entre tú y yo?<br />
—Todo lo que hagamos será estrictamente confidencial… —dijo ella dejando una<br />
puerta abierta a, bueno, a que se cumplieran sus sueños más salvajes—. Todo… —<br />
repitió.<br />
Concluidos los formalismos, Charlotte y Damen se pusieron a ello. Por mucho que<br />
la impresionara Damen, Charlotte empezó la clase con soltura y seriedad. Se jugaba<br />
el Baile de Otoño, y no iba a dejar que nada se interpusiera entre ella y el premio,<br />
nada, ni siquiera sus sentimientos.<br />
Damen estaba inquieto y al cabo de un rato, con los ojos ya vidriosos, empezó a<br />
pasear la mirada de aquí para allá. Consciente de que el chico necesitaba hacer una<br />
pausa, Charlotte levantó la mirada para ver qué le estaba distrayendo. Cómo no, eran<br />
las pruebas para animadora, que ya habían empezado en el campo de fútbol.<br />
—¿Sabes qué? Estaba pensando en presentarme a las pruebas —espetó Charlotte,<br />
tratando de reclamar la atención de Damen.<br />
—Sí, seguro. Ni muerta te presentarías tú a las pruebas de animadora—contestó él<br />
desechando por completo su comentario.<br />
Sin mediar palabra, Charlotte cerró el libro de golpe y echó a andar hacia el campo<br />
de fútbol. Damen se quedó paralizado al principio, pero enseguida se echó a reír,<br />
pensando que Scarlet estaba de broma o iba a hacer una de las suyas.<br />
Las Wendys supervisaban las pruebas a animadora como auténticas funcionarias<br />
de prisiones, cotejando los nombres de la lista con los carnés del instituto y<br />
comprobando que ninguna candidata llevara ni un mechón de sus melenas<br />
oxigenadas fuera de su sitio. Atusaban y meneaban a todas las de la fila a fin de que<br />
estuvieran perfectamente presentables para cuando Petula les pasara revista.<br />
Desde las gradas, Damen escrutaba la hilera de candidatas y hacía apuestas sobre<br />
cuáles pasarían el corte, cuando vio a Charlotte-convertida-en-Scarlet situarse a un<br />
extremo de la fila. No parecía una buena apuesta. Allí plantada junto a las futuras<br />
Miss Jovencita de EE.UU., resultaba más gótica y fuera de lugar que nunca.<br />
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