10.05.2013 Views

juvenil- ghostgirl- tonya hurley

juvenil- ghostgirl- tonya hurley

juvenil- ghostgirl- tonya hurley

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Tonya Hurley Ghostgirl<br />

La lluvia inclemente atravesaba a Charlotte y se precipitaba al suelo mientras<br />

caminaba melancólicamente por la calle oscurecida lamentándose de su mala suerte.<br />

Deseó sentir la fría llovizna contra su cuerpo de nuevo, pero no podía. No era más<br />

que un recordatorio de que era tan hueca como la guitarra Ovation de Damen, y<br />

poco podía hacer ella ya para solucionarlo, ni ahora ni nunca. Nada podía tocarla, ni<br />

siquiera el chaparrón, pensó mientras vadeaba los charcos que se acumulaban. A<br />

decir verdad, Charlotte no tenía adonde ir, y no había dónde estar. No tenía hora de<br />

llegar a casa, ni nadie que la esperara despierto, ni aun necesidad de dormir.<br />

Deambuló por las calles en silencio hasta que se despejo el cielo, revelando los<br />

últimos instantes fugaces del atardecer recortados contra el contorno de Hawthorne.<br />

A pesar de encontrarse sumida en su decepción, reparó en el frente frío que soplaba a<br />

través de ella disipando la humedad, aunque no su mala conciencia. Había<br />

avergonzado y herido a sus amigos, y era más que probable que se hubiese<br />

condenado a sí misma y a los compañeros de Muertología.<br />

No sólo estaba triste, sino celosa además. Se sentía excluida. Su plan para<br />

conquistar el amor de Damen y el respeto de Petula le había estallado en las manos, y<br />

ello era en gran parte culpa suya. En gran parte, claro está, porque también había<br />

tenido parte de culpa Scarlet, ¿o no? Y Prue. En ningún momento tuvo intención de<br />

que las cosas salieran como en efecto lo habían hecho, se justificó Charlotte. No eran<br />

más que —¿cómo llaman a las bajas los militares?— «daños colaterales».<br />

—¿Asuntos pendientes? Y que lo digas —siguió parloteando para sí.<br />

El crepúsculo dio paso a la noche y la noche a la noche cerrada mientras ella<br />

proseguía sin rumbo por las gélidas calles bajo la atenta mirada de los gabletes que se<br />

alzaban majestuosos por doquier. De encontrarse solo en plena noche recorriendo<br />

penosamente oscuros callejones y bocacalles, otro no habría cesado de volver atrás la<br />

cabeza, pero lo único que podía temer Charlotte era la constatación de que sus<br />

sueños jamás se harían realidad.<br />

—Al fin y al cabo es lo que hacen los fantasmas, ¿no? —pensó en voz alta,<br />

resignándose al olvido—. Vagar. Lamentarse.<br />

Mientras pasaba bajo un viaducto de piedra y atravesaba un macizo de árboles<br />

muertos estrangulados por enmarañadas trepadoras, no podía dejar de obsesionarse<br />

con Damen y Scarlet —se encontraban bajo la misma luna que ella— y de<br />

preguntarse qué estarían haciendo.<br />

El pensamiento empezaba a reconcomerla por dentro cuando, de manera<br />

inexplicable, se halló en el exterior de la casa de Damen. Era un lugar hasta el que<br />

había pedaleado muchas veces en verano. Necesitaba ver que dormía, que estaba<br />

solo y que, de momento, no sucedía nada entre él y Scarlet. Necesitaba, como<br />

mínimo, ese tanto de paz de espíritu.<br />

~186~

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!