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Tonya Hurley Ghostgirl<br />
besarlos, pero le faltó poco para tragarse la lengua cuando vio a Prue flotando junto a<br />
la piscina.<br />
—¡Jacuzzorra! —chilló Prue, ordenando a los demás chicos muertos que<br />
empezaran a nadar en círculos. Charlotte se vio arrastrada lejos de Damen por el<br />
vórtice sobrenatural justo cuando estaba a punto de besarle. A estas alturas, ya estaba<br />
más que harta de esos déjà vus.<br />
Scarlet, consciente de que prefería la humillación delante de todo el instituto antes<br />
que presenciar cómo Prue descargaba su cólera sobre Charlotte, se dejó llevar por el<br />
pánico y recuperó su cuerpo.<br />
El remolino aumentó su presión hasta que una ola se levantó sobre el bordillo,<br />
desbordó la piscina y fue a estrellarse contra el tabique que separaba la piscina del<br />
gimnasio. El torrente de agua hizo vibrar la pared, se filtró por debajo y entró en el<br />
gimnasio. Los chicos vivos que se encontraban en clase de Gimnasia repararon en la<br />
inminente inundación que avanzaba poco a poco hacia ellos y corrieron rumbo a las<br />
salidas.<br />
—¡¡¡Tsunami!!! —gritaron con cierto dramatismo, advirtiendo a los demás<br />
compañeros, pero ya era demasiado tarde para la mayoría. Atrás quedaron bolsas de<br />
deporte, sacos de pelotas, mochilas de libros, chándales, pantalones de<br />
entrenamiento, sudaderas con capucha y toda clase de material deportivo, que<br />
acabaron completamente empapados. El viejo parqué empezó a levantarse, los<br />
enchufes echaban chispas, las luces parpadeaban y los plomos de todo el instituto<br />
saltaron en cadena. Aunque ni mucho menos de proporciones bíblicas, sí que causó<br />
daños considerables.<br />
Lo peor, no obstante, fue el momento en el que el tabique se vino abajo como en<br />
un efecto dominó. Scarlet y Damen quedaron a la vista de todos, abrazados,<br />
aferrándose el uno al otro como a la vida, lo mismo que dos náufragos del Titanic<br />
escupidos a la orilla por un mar desatado.<br />
Los del gimnasio se sobresaltaron más ante la visión de ellos dos en tan<br />
comprometedora postura que ante la destrucción que las aguas habían causado a su<br />
paso. Cuando el agua empezó a discurrir por las puertas, Prue reunió a los demás y<br />
emprendieron la retirada a Hawthorne Manor. Allí ya no le quedaba nada más que<br />
hacer.<br />
* * * *<br />
Faltaba que el caos en el gimnasio llegara a oídos del director Styx, pero, entre<br />
tanto, éste afrontaba otro problema igualmente catastrófico: imponer un castigo a<br />
Petula por el incidente de Educación Vial.<br />
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