17.05.2013 Views

El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "

El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "

El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Johan Cruyff en <strong>la</strong> década <strong>de</strong> 1990 y mira qué<br />

bien está ahora.<br />

Pese a esos esfuerzos para calmar<strong>no</strong>s, el<br />

ambiente estaba muy enrarecido. Era <strong>la</strong> primera<br />

vez en mi <strong>vida</strong> que veía a mi padre asustado. Se<br />

le <strong>no</strong>taba, aunque él también intentaba<br />

disimu<strong>la</strong>r. Parecía que faltaba el aire en <strong>la</strong><br />

habitación. Todos estábamos mal.<br />

Quedaba, más o me<strong>no</strong>s, una hora <strong>de</strong> visita.<br />

Después <strong>no</strong>s tendríamos que ir, y mi padre y su<br />

compañero <strong>de</strong> habitación intentarían conciliar el<br />

sueño. A <strong>la</strong> mañana siguiente, tempra<strong>no</strong>,<br />

empezaría una jornada <strong>de</strong>cisiva.<br />

Allí estábamos los miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia,<br />

fatigados y nerviosos, intentando darle<br />

conversación al enfermo, cuando <strong>de</strong> repente,<br />

para sorpresa <strong>de</strong> todos, mi herma<strong>no</strong> Gonzalo<br />

exc<strong>la</strong>mó en voz muy alta:<br />

—¿Sabes, papá? Y si <strong>la</strong> operación <strong>de</strong> mañana<br />

<strong>no</strong> sale bien y te mueres... ¡Al carajo! ¡¡De algo<br />

hay que morirse, puñetas!!<br />

Se hizo un silencio inmediato... Incluso los<br />

familiares <strong>de</strong>l compañero <strong>de</strong> habitación <strong>de</strong> mi<br />

padre cal<strong>la</strong>ron. Yo pensé: «¡Dios mío, Gonzalo se<br />

ha vuelto loco! ¿Qué narices está diciendo?».<br />

Pero, entonces, mi padre cambió <strong>de</strong><br />

semb<strong>la</strong>nte. Recuerdo que se le borraron todas<br />

<strong>la</strong>s arrugas <strong>de</strong> <strong>la</strong> cara, sonrió y dijo:<br />

—Tienes razón, hijo. ¡De algo hay que morirse!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!