17.05.2013 Views

El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "

El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "

El arte de no amargarse la vida - El mundo del "manitas "

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>de</strong> tacón que tengo. Salí a <strong>la</strong> calle y ¡los tiré<br />

todos a un contenedor! —dijo emocionada.<br />

—¡Anda! ¿Y cómo te sentiste? —<br />

pregunté.<br />

—¡Genial! ¡Y me pasé toda <strong>la</strong> mañana<br />

paseando por <strong>la</strong> ciudad! Fue estupendo.<br />

Fue como <strong>de</strong>cirme: «¡Al cuer<strong>no</strong> con <strong>la</strong><br />

altura! Voy a ser feliz con mi estatura y<br />

quien <strong>no</strong> lo entienda así, es su problema,<br />

<strong>no</strong> el mío».<br />

Sonreí. Me encantaba lo que Eva me<br />

estaba contando. Simplemente, se había<br />

<strong>de</strong>shecho <strong>de</strong> su creencia irracional, esa<br />

que le estaba arruinando <strong>la</strong> <strong>vida</strong>: <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

que ser muy bajita —casi enana— es<br />

horroroso, una vergüenza, una <strong>de</strong>sgracia.<br />

Eva añadió que aquel mismo día, «el día<br />

<strong>de</strong> su liberación», como lo había bautizado,<br />

tenía una cita con su <strong>no</strong>vio y eso le<br />

producía cierta inquietud.<br />

—Quedamos en un bar. Yo estaba un<br />

poco nerviosa, aunque <strong>no</strong> mucho. Él me<br />

empezó a explicar un problema que tenía<br />

en el trabajo con su jefe. Entonces le<br />

interrumpí, me armé <strong>de</strong> valor y me puse <strong>de</strong><br />

pie. Le señalé mis pies.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!