Margarita de Valois.pdf

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de elejirla por juguete ó por víctima, por ser
hija de la una y hermana del otro? La espericncia
le había hecho ya conocer que esa
no era una razón suficiente para fundar en
ella su seguridad. Así, pues, la ambición mordió
el corazón do la muger, ó mas bien de
la joven reina, que se sobreponía demasiado
á las debilidades vulgares para dejarse arrastrar
por un despecho de amor propio: para
toda muger, aun de las mas adocenadas,
cuando ama, el amor no consiste en esas miserias,
porque el amor verdadero es también
una ambición.
—Me parece, dijo Margarita con una especie
de desden burlesco, que vuestra magestad
no tiene mucha confianza en la estrella
que brilla sobre la frente de cada rey.
—Ah! dijo Enrique, es que por mucho que
busco ahora la mía no puedo hallarla; tan
oculta está entre la tempestad que ruge en
este momento sobre mi cabeza.
—Y si el alienlodeuna muger disipase esa
tempestad é hiciese brillar esa estrella mas
hermosa que nunca?
—Es bien difícil, dijo Enrique.
—Negáis, señor, la existencia de esa muger?
—No.... niego su poder.
=Queréis decir su voluntad?
—He dicho su poder, y repito la esprosion.
La muger solo os realmente poderosa cuando
el amor y el interés están reunidos en ella en
igual grado; si uno solo de estos pensamientos