LA EXPERIENCIA DE LA SE/CICAD EN AMÉRICA LATINA

Justificación
La demanda del uso y abuso de sustancias psicoactivas (SPA) en los países
Latinoamericanos, es de gran magnitud, que se necesita que el tema reciba la prioridad en
la atención que requiere, se debe de atender como un problema de salud pública, que
está alterando el buen funcionamiento de los países afectados. La entrada en vigencia del
convenio internacional del opio en 1998, donde los representantes de los Estados
Miembros acordaron impulsar una estrategia para abordar el problema internacional de las
drogas, centrados en el principio básico de un enfoque equilibrado entre la reducción de la
oferta y la reducción de la demanda.
La realidad que viven los países es muy diversa, tanto en el tipo de drogas que se
consumen como en los patrones de uso, mostrar la realidad de cada país, en lugar de
hacer comparaciones entre ellos servirá para tener información confiable para crear
buenas políticas públicas para enfrentar el problema con éxito (CICAD, 2011).
Las dinámicas actuales del consumo demandan respuestas efectivas, basadas en el
conocimiento de la realidad y los grupos, en la evidencia de la investigación y en la
evaluación sistemática de las distintas situaciones que trae consigo la demanda, el trabajo
participativo y la articulación de acciones planeadas e implementadas con la calidad
profesional requerida. Estos factores pueden facilitar la obtención de resultados verificables
en el campo de la reducción de la demanda de drogas y en la minimización de su impacto
sobre los individuos, sus familias, sus comunidades y la sociedad en general (Hopenhayn,
2010)
De esta forma, la apuesta por la formación profesional pluri-disciplinaria, el abordaje
multisectorial y multi institucional, congruente con la naturaleza misma del fenómeno, hace
efectivo el quehacer del trabajador social con competencias y capacidades para la
intervención y la prevención, con la metodología y la técnica apropiada en el trabajo en las
distintas etapas de la intervención. Por ello, es necesario fortalecer el currículo de la
carrera de Trabajo Social y crear mecanismos de planeación conjunta de acciones a través
de redes y estructuras de soporte que a su vez, faciliten y promuevan la movilización y
participación social y comunitaria (Muñoz, 2010).
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