27.01.2015 Views

1hqf13s

1hqf13s

1hqf13s

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Suspiró hondamente. Tendió una mano y buscó sus cigarrillos en el bolsillo de su bata. Se sentó y fumó.<br />

Se examinó el hombro derecho. Me besó pesadamente con la boca abierta, llena de humo. De pronto,<br />

bajo el banco de arena que había a nuestras espaldas, al pie de los matorrales y pinos, rodó una piedra, y<br />

después otra.<br />

—¡Esos niños que se lo pasan espiando! —dijo Charlotte sujetándose de nuevo los breteles y<br />

volviendo a acostarse—. Tendré que hablarle de ellos a Peter Krestovski.<br />

En el sendero se oyó un crujido, una pisada y Jean Farlow apareció con su caballete y sus pinceles.<br />

—Nos asustaste —dijo Charlotte.<br />

Jean dijo que había estado allí en un verde escondrijo, espiando a la naturaleza (por lo común los<br />

espías son fusilados), tratando de acabar una vista del lago, pero era inútil, no tenía ningún talento (cosa<br />

absolutamente cierta).<br />

—¿Usted no ha tratado nunca de pintar, Humbert<br />

Charlotte, que estaba un poco celosa de Jean, quiso saber si John también vendría al lago. Regresaría<br />

a su casa a la hora del almuerzo. La había dejado allí en su camino hacia Parkington y la recogería en<br />

cualquier momento. Era una mañana espléndida. Ella siempre se sentía como una traidora con Cavall y<br />

Melampo por dejarlos atados en días tan deslumbrantes. Se sentó en la blanca arena, entre Charlotte y yo.<br />

Llevaba pantalones cortos. Sus largas piernas morenas eran para mí casi tan atractivas como las de una<br />

yegua castaña. Al sonreír mostraba las encías.<br />

—Estuve a punto de pintarlos en mi cuadro —dijo—. Y hasta descubrí algo en que ustedes no<br />

repararon. Usted (dirigiéndose a Humbert) tenía puesto su reloj pulsera, sí, señor, lo tenía.<br />

—Sumergible —dijo suavemente Charlotte, poniendo boca de pescado.<br />

Jean puso mi puño sobre su rodilla, examinó el regalo de Charlotte y volvió a depositar la mano de<br />

Humbert en la arena, con la palma hacia arriba.<br />

—De modo que tú puedes verlo todo desde allí —dijo Charlotte con coquetería.<br />

Jean suspiró.<br />

—Una vez —dijo— vi a dos niños, un varón y una chiquilla, haciendo el amor aquí mismo, en el<br />

crepúsculo. Sus sombras eran gigantescas. Y ya te he contado aquello del señor Tomson, al amanecer...<br />

La próxima vez espero ver al viejo gordo Ivor... Ese hombre está completamente chiflado. La última vez<br />

me contó un cuento realmente indecente sobre su sobrino. Parece que...<br />

—¡Hola! —dijo la voz de John.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!