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situación de los hogares con un niño: al contrario de lo que sucedía en
el caso de la pobreza monetaria, estos hogares muestran mayores problemas
de privación que los de las unidades familiares con dos menores
–esta diferencia es estadísticamente significativa al 95% de confianza–.
También es importante destacar que en torno al 35% de los niños sufrirían
problemas de privación en caso de convivir con al menos dos hermanos
menores de edad, y prácticamente el 50% en familias de cuatro
o más niños. Del análisis multivariante se desprende que no hay diferencias
estadísticamente significativas entre las dos etapas, excepto en
el caso de los hogares con tres niños, que habrían visto mejorar ligeramente
su situación.
Por otro lado, centrando la atención en la composición de la población
infantil pobre y con privación que muestra el gráfico 6.10, se observa que
tanto los hogares de tres niños como los de cuatro o más se encuentran sobrerrepresentados
entre la población en precariedad económica. Por ejemplo,
los niños que viven en hogares de tres o más menores representan sólo
el 12% de la población infantil, y en cambio componen prácticamente el
20% de la población infantil en situación de pobreza y el 17% de los que
tienen problemas de privación.
Por último, sin soslayar la difícil situación de las familias numerosas,
comprobamos que, si bien los niños que viven en hogares de dos hijos
tienen un riesgo de pobreza sólo unos puntos porcentuales por encima
del riesgo medio infantil, conforman el 45% de la población infantil pobre.
Por ello, pese a ser importante centrar la atención en los grupos que
sufren altos riesgos de pobreza, no podemos olvidar a los colectivos que
componen la mayoría de la población con problemas económicos. Además,
los resultados que acabamos de presentar parecen indicar un posible
cambio de perfil que hace que los niños pobres convivan hoy con
menos hermanos.
Principales grupos de riesgo entre la población infantil 101