doc-0551-es

Por otra parte, el resto de las columnas de las tablas 5.5 y 5.6, muestra los
valores medios de los índices de privación de la población que sufre alguna
carencia. Anotemos que, cuando se produce una acumulación de carencias
en más de una dimensión, la intensidad de los problemas de privación
se duplica, triplica e, incluso, cuadruplica. Así, por ejemplo, los niños que
sufren alguna carencia en las tres dimensiones consideradas tienen un nivel
de privación básica de consumo prácticamente cuatro veces superior al
nivel de privación de los individuos con alguna carencia. Por tanto, una de
las conclusiones importantes que se derivan de la tabla 5.6 es que los niños
que arrastran carencias en más de un ámbito tienen niveles de privación
superiores en cada uno de los ámbitos afectados. En el tiempo, se observan
algunos incrementos relevantes en los valores medios de los índices de
consumo y secundario entre las etapas 2004-2009 y 2010-2012, y una disminución
en la dimensión de vivienda y entorno.
Una vez calculados los índices de privación de las diferentes dimensiones
y el índice global hay que definir el umbral de privación con que podremos
distinguir la población con problemas de privación de la que no los tiene.
De acuerdo con las decisiones metodológicas ya comentadas, y con el propósito
de la coherencia con el análisis de pobreza monetaria, definimos un
umbral de privación que nos permita obtener un porcentaje de personas
comparable al de los pobres en renta. Definido el riesgo de privación para
el conjunto de la población, podemos saber el riesgo que sufren los niños
menores de 18 años.
De acuerdo con los resultados obtenidos, el riesgo de privación infantil se
sitúa en el 23,4% en la etapa 2004-2009 y en el 25,2% entre 2010 y 2012. Se
trata, pues, de un riesgo superior al del conjunto de la población (de 20,7
y 21,8%, respectivamente). (8) Con todo, las diferencias en el riesgo de privación
infantil respecto al conjunto de la población no son tan importantes
como las encontradas en el análisis de la pobreza monetaria. El resultado
de los t-tests estadísticos también indica que, en todas las dimensiones
excepto en la de vivienda y entorno, los niños tendrían índices relativos de
privación superiores a los del conjunto de la población. Así, si bien los
primeros resultados relativos al número de carencias parecían apuntar a
(8) Los t-tests estadísticos indican que el riesgo de privación de los niños es superior al del conjunto de la
población y al de los adultos, al 99% de confianza y en cada una de las etapas analizadas.
Privación material entre los niños 75