doc-0551-es
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5.5. Conclusion<strong>es</strong><br />
Este capítulo pone de manifi<strong>es</strong>to la importancia de aproximarnos a la precariedad<br />
económica de los hogar<strong>es</strong> con niños en España d<strong>es</strong>de dos perspectivas:<br />
la unidimensional de la pobreza monetaria y la multidimensional<br />
de la privación material. Y <strong>es</strong> así porque del análisis se d<strong>es</strong>prende que cuatro<br />
de cada diez niños <strong>es</strong>pañol<strong>es</strong> sufrían pobreza y/o privación material en la<br />
etapa 2010-2012. Se trata, por tanto, de un porcentaje muy superior (y en<br />
aumento) al que observaríamos si nu<strong>es</strong>tro análisis se limitara a una única<br />
perspectiva.<br />
El principal cambio observado en cuanto a privación material infantil,<br />
ant<strong>es</strong> y durante la etapa de crisis económica, <strong>es</strong>tá relacionado con el aumento<br />
del número de niños que viven en un hogar que sufre problemas de<br />
retraso en el pago del alquiler, la hipoteca o los gastos comun<strong>es</strong> de electricidad,<br />
agua o gas –r<strong>es</strong>ultados que, en parte, ya se d<strong>es</strong>prendían del capítulo<br />
anterior sobre pobreza y coste de la vivienda–. También <strong>es</strong> importante<br />
subrayar que un 2,7% de los niños <strong>es</strong>pañol<strong>es</strong> viven en un hogar que no se<br />
puede permitir una alimentación basada en proteínas cada dos días. Por el<br />
contrario, la crisis económica parece haber modificado la percepción de<br />
las familias en cuanto a su propio entorno, pu<strong>es</strong> las mismas familias manifi<strong>es</strong>tan<br />
sufrir menos problemas de ruidos, contaminación, delincuencia o<br />
vandalismo.<br />
A partir de la metodología utilizada, hemos comprobado cómo aumenta<br />
la pobreza consistente, o sea, el porcentaje de niños que sufren pobreza<br />
monetaria y privación material de forma simultánea, que pasarían de ser<br />
el 11,2% de la población infantil (en la etapa 2004-2009) al 13,5% (entre<br />
2010 y 2012). Posiblemente, el incremento del porcentaje de niños en condicion<strong>es</strong><br />
de privación <strong>es</strong> inferior al que cabría <strong>es</strong>perar en el contexto de<br />
crisis; sin embargo, a menudo <strong>es</strong> nec<strong>es</strong>aria una acumulación de varios períodos<br />
en situación de pobreza para que su <strong>es</strong>tado se traduzca en privación<br />
material. Figari (2012), por ejemplo, observa que ciertos cambios en el nivel<br />
de ingr<strong>es</strong>os no coinciden <strong>es</strong>trictamente con el cambio en los nivel<strong>es</strong> de<br />
privación, y que el nivel de ingr<strong>es</strong>os en el pasado <strong>es</strong> mucho más importante<br />
para determinar el nivel de privación de un hogar (véase Whelan, Layte<br />
y Maître, 2003, para un r<strong>es</strong>ultado similar). En la misma línea, Fusco (2012)<br />
86 Infancia, pobreza y crisis económica