doc-0551-es

ellos trabaje, el riesgo de pobreza es del 60,7% en la etapa 2004-2009. En el
caso de los hogares monoparentales, el riesgo de pobreza infantil es del
48,7%. Se trata –queremos destacarlo– de las tasas de pobreza más altas
vistas en este trabajo, puesto que muestran cómo la pobreza afecta a uno
de cada dos niños en este tipo de hogares. Cuando el niño convive con
ambos padres pero sólo trabaja uno de ellos, el riesgo se eleva al 34,8%, y
al 26,6% en el caso de los hogares monoparentales en los que trabaja el
progenitor que está al cuidado del menor. La situación más ventajosa, por
supuesto, es la de los niños que conviven con el padre y la madre y ambos
trabajan. En este tipo de hogares sólo uno de cada diez niños vive por debajo
del umbral de pobreza. (6)
En el segundo panel del gráfico vemos cómo ha incidido la crisis especialmente
en el riesgo de pobreza de los niños que forman parte de una familia
en la que conviven ambos progenitores pero ninguno de ellos trabaja. El
riesgo de pobreza de estos niños ha aumentado en 8,3 puntos porcentuales.
El resto de las variaciones es relativamente menor –de hecho, los resultados
del análisis multivariante no permiten hablar de diferencias estadísticamente
significativas en el tiempo para el resto de los grupos–.
En cuanto a los problemas de privación material, mostrados en el gráfico
6.6, observamos que la familia monoparental en la que el padre o la madre
no trabajan es la que sufre un riesgo más elevado, que alcanza el 54,3%,
seguida de la de los niños que conviven con ambos y en la que ninguno de
ellos trabaja, con un riesgo del 52,4%. En tercer lugar, se sitúa la familia
monoparental con trabajo, que sufre un riesgo de privación del 37,0%. En
la mejor posición están las familias en las que un miembro de la pareja
trabaja o lo hacen ambos. Estos dos tipos de hogares tienen un riesgo de
privación del 24,3% y 12,4%, respectivamente.
En cuanto a los efectos de la crisis sobre estos indicadores, vemos que es
justamente en los dos tipos de hogar con mayor riesgo (pareja sin trabajo
y monoparental sin trabajo) donde se ha producido una disminución más
importante del bienestar material. La crisis perjudica en mayor grado a los
hogares que ya eran más vulnerables antes de entrar en esta etapa de rece-
(6) Los resultados del análisis multivariante muestran que, en comparación con el grupo de referencia formado
por los niños que conviven con ambos padres que trabajan, el resto de los niños tiene una probabilidad
más alta de encontrarse en la pobreza, al 99% de confianza.
96 Infancia, pobreza y crisis económica