doc-0551-es
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8.4. Conclusion<strong>es</strong><br />
Hemos empezado <strong>es</strong>te capítulo explicando que una parte de los r<strong>es</strong>ultados<br />
contenidos en <strong>es</strong>te trabajo en relación con las tasas de pobreza y la privación<br />
material infantil se deben a la falta de una verdadera política familiar<br />
que compense a los hogar<strong>es</strong> en momentos difícil<strong>es</strong> (ya sea por la falta de<br />
trabajo o la incapacidad de generar suficient<strong>es</strong> ingr<strong>es</strong>os) o por determinadas<br />
características que los hacen <strong>es</strong>pecialmente vulnerabl<strong>es</strong> (algunas de<br />
ellas detalladas en el capítulo 6 de <strong>es</strong>te trabajo).<br />
Hemos hecho hincapié en los pocos recursos que se dedican a la función<br />
«Familia e hijos» o a «Exclusión social», a p<strong>es</strong>ar de que el gasto social en<br />
cuanto porcentaje del PIB <strong>es</strong> superior en España a la media de los país<strong>es</strong><br />
de la OCDE. Así, por ejemplo, en el año 2012, un 26% del gasto social se<br />
d<strong>es</strong>tinaba a «Atención sanitaria», un 36% a «Vejez» y un 14% a «D<strong>es</strong>empleo»,<br />
pero sólo un 5% a «Familia e hijos» y menos de un 1% a «Exclusión<br />
social». Como porcentaje del PIB de 2012, los recursos d<strong>es</strong>tinados a «Familia<br />
e hijos» repr<strong>es</strong>entaban menos del 1,4% (casi la mitad de la media<br />
europea) y «Exclusión social», el 0,2%.<br />
Un simple ejercicio de <strong>es</strong>tática comparativa, con el que hemos querido medir<br />
la capacidad de reducción de la pobreza entre el conjunto de la población<br />
y entre los niños de distintas pr<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> monetarias, ha pu<strong>es</strong>to de<br />
manifi<strong>es</strong>to que el actual diseño del sistema de pr<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> <strong>es</strong> más capaz de<br />
reducir la pobreza entre los adultos que entre los menor<strong>es</strong>. Y <strong>es</strong> así porque<br />
son las pension<strong>es</strong> de jubilación las que tienen mayor capacidad de reducción<br />
de la pobreza adulta, de las cual<strong>es</strong>, evidentemente, se benefician muy pocos<br />
niños. Las pr<strong>es</strong>tacion<strong>es</strong> de paro, como <strong>es</strong>tabilizador automático, han conseguido<br />
aumentar su capacidad reductora de la pobreza entre los niños durante<br />
la crisis económica, pero no han sido (ni de cerca) suficient<strong>es</strong> para compensar<br />
la pobreza generada por la falta de trabajo de los padr<strong>es</strong>.<br />
El capítulo se cierra con tr<strong>es</strong> ejercicios de <strong>es</strong>tática comparativa que, a p<strong>es</strong>ar<br />
de sus muchas limitacion<strong>es</strong>, constituyen una mu<strong>es</strong>tra de posibl<strong>es</strong> medidas<br />
de lucha contra la pobreza infantil. En primer lugar, se ha simulado el<br />
efecto de una transferencia universal a todos los menor<strong>es</strong> en España, lo<br />
cual ha permitido comprobar que sería nec<strong>es</strong>aria una cuantía de 2.500<br />
euros al año por niño para situar la prevalencia de la pobreza infantil por<br />
Medidas contra la pobreza infantil 153