doc-0551-es
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cuencia, la hipoteca que tienen que pagar hoy supera con mucho el alquiler<br />
que se l<strong>es</strong> imputa.<br />
Por régimen de tenencia de la vivienda, hemos constatado la gravedad de<br />
la situación de los niños que viven en domicilios de alquiler. Uno de cada<br />
dos de <strong>es</strong>tos niños vive en un hogar con ingr<strong>es</strong>os equivalent<strong>es</strong> inferior<strong>es</strong> al<br />
umbral de pobreza. Además, <strong>es</strong> importante hacer hincapié en que, ya en la<br />
etapa anterior a la crisis, el porcentaje de niños pobr<strong>es</strong> en hogar<strong>es</strong> de alquiler<br />
era muy alto y similar al de la etapa actual. La práctica inexistencia de<br />
políticas de ayuda para los gastos en vivienda a las que recurrir en caso de<br />
nec<strong>es</strong>idad, la falta de alquiler<strong>es</strong> social<strong>es</strong> y la <strong>es</strong>casez de viviendas de protección<br />
oficial explican en buena medida <strong>es</strong>tos r<strong>es</strong>ultados.<br />
Del análisis unidimensional basado en los ingr<strong>es</strong>os de los hogar<strong>es</strong> hemos<br />
pasado al análisis multidimensional, que parte de una lista de carencias. De<br />
<strong>es</strong>ta manera, en el capítulo 5 pasamos de analizar la falta de recursos monetarios<br />
a centrarnos también en las deficiencias en las condicion<strong>es</strong> de<br />
vida de los niños. La simple tabulación de las variabl<strong>es</strong> ha permitido observar<br />
un incremento de la prevalencia de algunos problemas d<strong>es</strong>de la<br />
irrupción de la crisis económica. Concretamente, hemos observado un aumento<br />
del número de niños que viven en un hogar que ha tenido que retrasar<br />
el pago de las facturas de la electricidad, el agua o el gas. De hecho, casi<br />
uno de cada diez niños <strong>es</strong>pañol<strong>es</strong> en los años 2010-2012 viviría en un hogar<br />
que sufre <strong>es</strong>te problema. Este porcentaje <strong>es</strong> muy similar al de los niños<br />
que <strong>es</strong>tán en hogar<strong>es</strong> que han tenido que retrasar el pago del alquiler o la<br />
hipoteca. En la dimensión secundaria, debe observarse el aumento del número<br />
de niños que viven en hogar<strong>es</strong> que no pueden afrontar gastos imprevistos.<br />
Por el contrario, se ha producido una importante disminución del<br />
número de niños que habitan en barrios con problemas de contaminación,<br />
ruidos, delincuencia o vandalismo, según la encu<strong>es</strong>ta. (3)<br />
De los r<strong>es</strong>ultados relativos a la agregación de carencias no se d<strong>es</strong>prende un<br />
empeoramiento <strong>es</strong>pecialmente importante de las condicion<strong>es</strong> de vida material<strong>es</strong><br />
de los niños con la irrupción de la crisis, ni tampoco que los niños<br />
sufran más problemas de privación que el conjunto de la población. En<br />
(3) Como apuntábamos en el capítulo 5, tal vez <strong>es</strong>tos r<strong>es</strong>ultados se deban más a un efecto psicológico que<br />
a una mejora real de las condicion<strong>es</strong> de los barrios. Quizá algunas familias <strong>es</strong>pañolas, ante los important<strong>es</strong><br />
problemas económicos a los que se enfrentan, han dejado de dar importancia a <strong>es</strong>te tipo de aspectos.<br />
Conclusion<strong>es</strong> 159