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En el contexto europeo, España es el tercer país en cuanto al incremento
del riesgo de pobreza infantil anclada en el tiempo (con seis puntos porcentuales
entre 2006 y 2012), solamente superada por Grecia (con 15 puntos),
país asimismo afectado por una fuerte incidencia de la crisis, y
Luxemburgo (con siete). En otras palabras, entre todos los europeos, son
los niños españoles, los griegos y los luxemburgueses los que soportan las
peores consecuencias de esta crisis económica global.
En el capítulo 4 se ha estudiado la importancia de los gastos en vivienda
sobre el bienestar de los niños españoles medido por el riesgo de pobreza.
Como era de esperar, el riesgo de pobreza relativa infantil aumenta, y lo
hace en más de dos puntos porcentuales en 2004 si de los ingresos disponibles
del hogar descontamos los gastos asociados a la vivienda, como el
pago del alquiler, los intereses de la hipoteca y los gastos corrientes. A lo
largo del período, esta brecha aumenta hasta llegar a más de cinco puntos
porcentuales, aumento indicativo de que los gastos asociados a la vivienda
se han convertido en una carga cada vez más pesada para las familias con
niños, una carga que las empobrece. Así, como mínimo habría que definir
como pobres a 420.000 niños españoles más de los ya considerados, en
una pobreza que podríamos definir como inducida por los gastos de vivienda.
La medida de la pobreza anclada en el tiempo ofrece resultados más
claros, si cabe.
Las nuevas variables de la Encuesta de Condiciones de Vida recogidas a
partir de 2007 relativas a hipoteca y alquiler imputado nos han permitido
estudiar qué beneficios ha significado para el conjunto de la sociedad el
acceso de muchas familias a la propiedad de su vivienda en los últimos
años. De esta manera, a los ingresos disponibles hemos sumado el alquiler
imputado, y del total hemos restado la hipoteca. Los resultados evidencian
que el riesgo de pobreza para el conjunto de la sociedad disminuye
con esta nueva distribución de ingresos, pero entre los niños, aumenta. (2)
Este resultado se explica porque muchas familias con niños accedieron a
la compra de su vivienda en una época de precios muy altos, y en conse-
(2) Esto se debe en buena medida a que hay muchas familias que tienen una vivienda en propiedad por
la que ya no pagan hipoteca. Por tanto, a estas familias se les suma el cobro de un alquiler hipotético, pero
no se les descuentan gastos. Entre las familias en formación es mucho más habitual que la propiedad esté
asociada a una hipoteca.
158 Infancia, pobreza y crisis económica