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Por niveles máximos de ingresos –entre el 20 y el 30% de la renta mediana
equivalente–, el impacto de las transferencias es muy pequeño, con independencia
de la cuantía de las ayudas, como muestran los dos primeros paneles
(de izquierda a derecha). Por ejemplo, para un nivel máximo de ingresos del
20% de la renta mediana equivalente, las transferencias inferiores a 4.000
euros al año no reducen nada la tasa de pobreza, y las ayudas de 5.000 y
6.000 euros tienen un impacto muy reducido (de solamente un 1 y 2 puntos).
La escasa incidencia de las ayudas en la tasa de pobreza es consecuencia de
la enorme distancia que hay entre la renta de las familias elegibles y el umbral
de pobreza. La renta de las familias elegibles está tan lejos de la renta
necesaria para salir de la pobreza que las transferencias no son suficientes
para sacar a los hijos de la pobreza. Por tanto, el número de pobres no cambia.
Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que los niños que reciben
las ayudas tienen más recursos, están más cerca de poder salir del estado
de pobreza y, por tanto, son menos pobres. Esto es precisamente lo que recoge
el gráfico 8.5, que muestra la intensidad de la pobreza para los mismos
escenarios que el gráfico 8.4. Por ejemplo, cuando limitamos las ayudas a los
niños con ingresos inferiores al 30% de la mediana, la intensidad de la pobreza
se reduce en casi 4 puntos con una ayuda de 3.000 euros, y a la mitad
con una ayuda de 6.000 euros. Con este ejemplo se demuestra claramente la
importancia de tener en cuenta no sólo los porcentajes de pobreza sino también
la intensidad de ésta. En otras palabras, entender la forma de la distribución
de la renta en la cola baja de la distribución.
A medida que ampliamos el grupo de niños elegibles la tasa de pobreza disminuye.
Esta reducción se produce de una forma relativamente rápida en los niveles
de ingresos superiores al 40% de la mediana. Por ejemplo, con una ayuda
de 2.000 euros, la pobreza infantil se situaría en un 26% de la población si el
umbral de elegibilidad fuera el 50% de la mediana, y disminuiría hasta el 19%
si toda la población de niños pobres fuera elegible, un nivel muy similar al de
muchos países europeos. A partir del 40%, la intensidad de la pobreza también
se reduce rápidamente a medida que se incrementa la cuantía de la ayuda.
Los gráficos 8.4 y 8.5 del último panel resultan especialmente interesantes, ya
que muestran el efecto de las ayudas cuando el umbral de elegibilidad corresponde
al 60% de la mediana, es decir, cuando la ayuda se da a toda la población
pobre. Una ayuda de 1.000 euros por niño pobre conseguiría reducir el
146 Infancia, pobreza y crisis económica