866PINO DI LUCCIO, SJ«¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuandonos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»(Lc 24,32).Los discípulos de Emaús reconocen a Jesús resucitado cuando lodescubren vivo en ellos. María Magdalena también reconoce al Rabípor medio de una experiencia exterior de encuentro (en el jardín del sepulcro)y de una experiencia «interior» de Jesús, que la llama por sunombre (Jn 20,16). Al subrayar los aspectos interiores de la experienciadel Resucitado, los evangelios de Lucas y de Juan parecen mostrarcómo la «identificación de Jesús» tiene que llevar a la «identificacióncon Jesús», al reconocimiento de la identidad de Jesús como pertenecientea la identidad del creyente. Este parece ser también el «modelorelacional originario» según la visión teológica del primer relato de laCreación, en el que la identificación (exterior) con la imagen de Diosrevela la identidad (relacional) del ser humano (haAdam) –macho yhembra (Gn 1,27). Cuando, por otro lado, Pablo expone a los Corintiosel símil del Cuerpo, que es uno aunque tenga muchos miembros, y todoslos miembros del Cuerpo, a pesar de su pluralidad, no forman másque un solo Cuerpo (1 Co 12,12), podría estar presentando el tema dela comunión relacional originaria –con referencia a la Resurrección deJesús– según la teología del segundo relato de la Creación. En el símilde Pablo, la comunión relacional está caracterizada por una identificación(piadosa) que supone el cambio de identidad (1 Co 12,19-21).Pablo puede hablar de «identificación» (exterior) en un mismo Cuerpo(1 Co 12,12-30), a causa de la experiencia (interior) de la Resurrecciónde Jesús, y por esta misma razón puede hablar también de la identificacióndel creyente con el nuevo Adam que es Jesús (Rm 5,12-21).Embarazos y ResurrecciónLos evangelios coinciden en relatar que, después de la muerte de Jesús,el primer día después del sábado, María Magdalena y otras mujeresfueron al sepulcro (Mt 28,1 par.). Allí experimentaron la Resurrecciónde Jesús mediante fenómenos externos –como, por ejemplo, el terremoto(Mt 28,2)– y fenómenos interiores –como el miedo y el gozo (Mt28,9). ¿Por qué Jesús resucitado se apareció en primer lugar a mujeres?sal terrae
EMBARAZOS EN LA BIBLIA HEBREA Y EN EL NUEVO TESTAMENTO 867Quizá porque las mujeres nunca lo abandonaron, ni siquiera durante laPasión. Hay quizá otros motivos que podrían indicar la razón por lacual las mujeres fueron las primeras en experimentar la Resurrecciónde Jesús. Por ser capaces de reconocer la vida dentro de ellas y por unavocación originaria a preservarla comunicándola, estableciendo relacionesy llenando vacios alrededor de ellas; por su vocación «originaria»a la «identificación» y a experimentar qué significa ser «una solacarne»...: por esas cualidades, las mujeres podrían haber sido las primerasen hacer la experiencia de la Resurrección de Jesús.De hecho, el Nuevo Testamento parece presentar la experiencia dela Resurrección de Jesús con aspectos similares a aquellos que caracterizanlas teologías de los relatos bíblicos en los que el tema del embarazoexpresa modelos relacionales «originarios». Los escritos delNuevo Testamento, además, parecen presentar la Resurrección de Jesúscomo una nueva Creación –evocando así el mensaje escatológicodel inicio de nueva relaciones, de nuevas identificaciones y de nuevasidentidades. En el evangelio de Juan, por ejemplo, embarazo y Resurreccióncoinciden con la muerte de Jesús. Mencionando la sangre y elagua que salen del costado de Jesús (Jn 19,34), el cuarto evangelio parecepresentar su muerte como un parto escatológico, comparándolocon el parto del Adam. En este parto, el discípulo amado es «identificado»con Jesús, que antes de morir le confía a María como su propiamadre. Juan, por su parte, acogiendo a María en su casa reconoce yacepta una nueva identidad (Jn 19,25-27) 5 . Pablo, por otra parte, hablade su experiencia (escatológica) de la Resurrección de Jesús utilizandoexpresiones parecidas al fenómeno del embarazo, como por ejemplo:«en su carne» (Ef 2,15), «en sí mismo» (Ef 2,15.16), «en un soloCuerpo» (Ef 2,16); y concibe la unidad con Cristo de un modo tal quenada –«ni la tribulación, ni la angustia, ni la persecución, ni el hambre,ni la desnudez, ni los peligros, ni la espada» (Rm 8,35)– puede separarnosde él. La experiencia de la Resurrección de Jesús lleva a Pabloa la identificación con el Hijo de Dios.5. En el libro del Apocalipsis (Ap 12,1-2), en la visión de la mujer encinta y quegrita por los dolores de parto, el hijo es llevado hasta Dios y su trono (Ap 12,5)–como el Resucitado en el evangelio de Juan (Jn 20,17)–, mientras que el restode sus hijos guardan los mandamientos de Dios y se mantienen firmes en eltestimonio de Jesús (Ap 12,17) –como el discípulo amado al final del cuartoevangelio (Jn 21,21-22).sal terrae