del aprendizaje
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de saber sabio en saber para ser enseñado. De esta<br />
forma, el saber académico se descontextualiza,<br />
despersonaliza y pierde historicidad en manuales<br />
y textos que prescinden de la explicación y de las<br />
vicisitudes de cómo se produce el conocimiento<br />
científico. Como lo expresa claramente Max Born,<br />
matemático y físico alemán, Premio Nobel de física<br />
1954: “La ciencia es una de las grandes aventuras<br />
de la raza humana, tan fantástica y exigente como<br />
los cuentos de héroes y dioses, naciones y estados,<br />
escritores y poetas […]. Esa es mi convicción y pienso<br />
que la ciencia podría y debería ser enseñada de<br />
manera tal que se transmitiera una sospecha de ese<br />
espíritu a la mente <strong>del</strong> estudiante.” Esto evidencia la<br />
transformación <strong>del</strong> poder <strong>del</strong> conocimiento científico<br />
en manos <strong>del</strong> sistema escolar disciplinante.<br />
El dispositivo que pone en práctica la transposición<br />
didáctica <strong>del</strong> conocimiento científico es el mo<strong>del</strong>o de<br />
enseñanza, las rutinas y las regulaciones que rigen la<br />
vida <strong>del</strong> aula y <strong>del</strong> sistema, bien llamada la ‘gramática<br />
escolar’. Tyack y Cuban entienden por gramática escolar<br />
aquel conjunto de estructuras, reglas y prácticas que<br />
organizan la labor cotidiana de la instrucción en las<br />
escuelas que son, por ejemplo, la graduación de los<br />
alumnos por edades, la división <strong>del</strong> conocimiento por<br />
materias separadas y el aula autónoma con un solo<br />
maestro, etc. En síntesis, la gramática escolar hace<br />
referencia al conjunto de tradiciones y regularidades<br />
institucionales sedimentadas a lo largo <strong>del</strong> tiempo<br />
que se transmiten de generación en generación por<br />
maestros y profesores, de modos de hacer y de<br />
pensar aprendidos a través de la experiencia docente,<br />
de reglas de juego y supuestos compartidos que no<br />
se cuestionan, y que posibilitan no solo llevar a cabo<br />
la enseñanza sino también permiten adaptaciones a<br />
las sucesivas reformas planteadas desde la autoridad<br />
y la administración (Tyack y Cuban, 1997).<br />
A través de la inclusión de este formato deformado de<br />
la ciencia positiva, gracias a la transposición didáctica,<br />
los sistemas escolares han sido dispositivos muy<br />
eficaces para cumplir con los dos cometidos básicos<br />
que les dieron origen: por un lado difundir un nuevo<br />
mo<strong>del</strong>o mental en la sociedad, más racional y acorde<br />
con las nuevas explicaciones sobre la naturaleza<br />
y la historia, pero por otro lado fueron capaces de<br />
disciplinar las mentes y los corazones a través <strong>del</strong><br />
proceso de transposición didáctica que degrada<br />
el conocimiento científico y lo coloca nuevamente<br />
en el mo<strong>del</strong>o de la aceptación como verdad de fe,<br />
expresado claramente en el dicho ‘magister dixit’ 12 .<br />
El pensamiento complejo<br />
La cuarta revolución educativa, esa que se enfrenta<br />
hoy en día, es sumamente profunda porque pone<br />
en jaque nuevamente el mo<strong>del</strong>o epistemológico útil<br />
para la sociedad. Esta sociedad <strong>del</strong> conocimiento es<br />
una sociedad basada en otro mo<strong>del</strong>o epistemológico,<br />
diferente <strong>del</strong> positivismo. Las transformaciones<br />
contemporáneas no se restringen a la modificación<br />
de una teoría o de un campo disciplinar. Estamos<br />
viviendo una transformación multidimensional de<br />
nuestra comprensión <strong>del</strong> mundo que nos incluye<br />
como participes activos. No se trata sólo de que<br />
estamos pensando otras cosas sino de que estamos<br />
12 La escuela y los sistemas escolares, atadas las manos por la Didáctica de Comenio, distribuyen información, pero no modos de pensamiento;<br />
dan una explicación, pero en forma de creencia y de fe. No se puede discutir al profesor, quien con gran ‘vocación’ posee su ‘verdad’, y la emite<br />
en el ‘templo’ <strong>del</strong> saber. Es ilustrativa en este sentido que haya existido un dispositivo llamado ‘Catecismo Patriótico’ que reproduce el mo<strong>del</strong>o<br />
<strong>del</strong> Catecismo Católico de preguntas y respuestas que se deben aprender de memoria. Existió un catecismo patriótico español ante el ‘invasor<br />
francés’ entre 1808-1814, y otro en Argentina, en 1905, como respuesta a la gran inmigración proveniente de los países de Europa.<br />
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