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V 31 N 64

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LÓPEZ RUIZ K.A., HERNÁNDEZ GARCÍA H., PÉREZ CERVERA, L.T. Y ROBERT ARIAS J.L<br />

variando el estado actual de las cosas gradualmente y en<br />

forma progresiva; el cambio revolucionario, por medio del<br />

cual se modifican las cosas de manera precipitada, impuesta<br />

y sin tomar en consideración el punto de vista de la otra parte<br />

y el cambio sistemático, a través del cual el mismo se realiza<br />

mediante el diseño de programas de cambio planificados. El<br />

cambio revolucionario origina un fenómeno denominado<br />

“resistencia al cambio”.<br />

Según Firth (2000) la resistencia se produce por la<br />

imposición presente en el proceso y la incertidumbre que se<br />

genera en la gente, incluso a nivel administrativo, al percibir<br />

un cierto grado de amenaza en la nueva forma de hacer las<br />

cosas. Las resistencias al cambio se pueden dar por diversas<br />

causas: pérdida de los beneficios obtenidos en la situación<br />

actual, desconocimiento de los beneficios de la nueva<br />

situación y la incertidumbre en relación al nuevo desempeño.<br />

En relación al manejo de la resistencia, el autor citado señala:<br />

una forma de disminuir el impacto negativo del cambio en<br />

una organización, es a través de su gestión. Esto implica<br />

adoptar estrategias educativas, de sensibilización y<br />

negociación. Para lograrlo, se puede recurrir a cuatro<br />

recursos: la gente (a través del desarrollo personal, la<br />

formación permanente y la armonía hombre-trabajo), el<br />

conocimiento (a través de la gestión de la tecnología y<br />

manejo de los riesgos y oportunidades), la información<br />

(compartida, útil, con manejo de una planificación visible y<br />

compartida) y el liderazgo (con la articulación de la visión,<br />

la convicción personal, la participación y el reconocimiento<br />

de los logros).<br />

Aspectos económicos de las MiPymes.<br />

Las micro, pequeñas y medianas empresas son relevantes en<br />

México, tanto en lo que se refiere a producto, como a<br />

personal ocupado y a número de establecimientos. Según los<br />

resultados de los Censos Económicos 2009 (Tabla 1), en<br />

2008 había 5.194.811 unidades que realizaron alguna<br />

actividad económica y en las cuales trabajaron 27.748.563<br />

personas. De estos totales, 97,9% de las unidades y 87,2%<br />

del personal ocupado correspondieron en conjunto a la<br />

industria manufacturera, al comercio y a los servicios. Según<br />

estimaciones del Banco Mundial (BM, 2008), las pymes<br />

proporcionaron 52% del PIB y representaron 99,6% de las<br />

unidades económicas, mientras que cifras de la Secretaría de<br />

Economía señalan que éstas contribuyeron con <strong>64</strong>% del<br />

empleo (SE, 2008).<br />

Año<br />

Tabla 1. Unidades económicas y personal ocupado en México<br />

Unidades<br />

económicas<br />

Porcentaje de<br />

participación<br />

manufacturas, comercio<br />

y servicio<br />

Personal<br />

ocupado<br />

total<br />

Porcentaje<br />

participación<br />

manufacturas,<br />

comercio y servicio<br />

2003 4 290 108 97,3 16 239 536 88,7<br />

2008 5 194 811 97,9 27 748 563 87,2<br />

Fuente: Elaboración propia con cifras del INEGI, Censos económicos 2004 y 2009.<br />

Con respecto a lo anterior de manera detallada se muestra lo<br />

siguiente, en México el 95,2% (4,8 millones) de las<br />

compañías son microempresas, el 4,3% (221.194) pequeñas<br />

empresas, el 0,3% (15.432) medianas y el 0,2% (10.288)<br />

grandes firmas. Las microempresas emplean al 45,6% de<br />

todos los trabajadores, las pequeñas al 23,8%, las medianas<br />

al 9,1% y las grandes al 21,5%, esto se debe a que, a pesar de<br />

que son pocas las compañías de gran tamaño, ocupan más de<br />

10,000 empleados. En relación al giro empresarial, las firmas<br />

que residen en nuestro país agrupan sobre todo en el sector<br />

de los servicios (47,1%), comercio (26%), manufacturas<br />

(18%) y otros (8,9%).<br />

En el caso de Yucatán, se cuenta con un total de 103,434<br />

unidades económicas (Directorio Estadístico Nacional de<br />

Unidades Económicas, 2013), de las cuales el 42.71%<br />

corresponde al sector de comercio; el 21.46%, a la industria<br />

manufacturera; el 32.76%, a servicios privados no<br />

financieros.<br />

Con respecto a lo anterior de manera detallada se muestra lo<br />

siguiente: en Yucatán de 103, 434 unidades económicas<br />

97,085 son microempresas, 5, 304 son empresas pequeñas,<br />

877 son medianas y 168 son empresas grandes. (Tabla 2).<br />

Tabla 2. Unidades económicas en Yucatán<br />

Tamaño Número de trabajadores Número de Unidades<br />

Económicas<br />

Micro 1 a 10 trabajadores 97, 085<br />

Pequeña 11 a 50 trabajadores 5, 305<br />

Mediana 51 a 250 trabajadores 877<br />

Grande 251 y más 168<br />

TOTAL 103,434<br />

Fuente: Elaboración propia con cifras del INEGI, Censos económicos 2009<br />

y resultados del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas,<br />

2013.<br />

A pesar de sus fortalezas y su enorme contribución a la<br />

economía del país y del Estado, Viana, H. y otros (1999)<br />

plantean que las empresas del sector de las micro, pequeñas<br />

y medianas empresas se han visto imposibilitadas en la<br />

adaptación de tecnologías de punta como los sistemas de<br />

información por su naturaleza de índole familiar y los<br />

supuestos administrativos tradicionales de los fundadores.<br />

Esta cuestión se ve agravada por ignorar como diagnosticar<br />

y administrar los cambios que se deben realizar para alinear<br />

los diferentes subsistemas de la empresa con las pautas y<br />

requerimientos de las nuevas tecnologías.<br />

Complementando el señalamiento anterior no basta con que<br />

las empresas dispongan de sofisticada tecnología productiva<br />

y administrativa si no existe un proceso que lleve, por una<br />

parte, a la internalización de su valor e importancia y, por la<br />

otra, actividades de aprendizaje colectivo acerca de los usos<br />

y aprovechamiento adecuado de los mismos. Debido a ello<br />

las MiPymes mexicanas no han alcanzado un nivel de<br />

competitividad suficiente como para posicionarse en el<br />

mercado global, ni para integrarse plenamente como<br />

proveedores de grandes empresas. Su tasa de mortalidad<br />

pone de manifiesto el bajo nivel de desempeño de estas<br />

organizaciones: de las 200 mil empresas que anualmente<br />

abren sus puertas en México cada año, solamente 35 mil<br />

sobreviven dos años más tarde (Tan, López-Acevedo y otros,<br />

REVISTA DEL CENTRO DE GRADUADOS E INVESTIGACIÓN. INSTITUTO TECNOLÓGICO MÉRIDA Vol. <strong>31</strong> NÚM. <strong>64</strong> 35

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