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V 31 N 64

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SALDÍVAR VALDEZ, A.<br />

aumento en el nivel del mar— significan la degradación e<br />

incluso la desaparición de estos hábitats que captan y<br />

almacenan carbono azul.<br />

El estrés por actividades antropogénicas se incrementa<br />

cuando se trata de los manglares, pues se pierden importantes<br />

fuentes de sumideros de carbono: “Las pérdidas en las<br />

reservas de carbono como resultado de la conversión de<br />

manglares en tierras de pastoreo (1,4<strong>64</strong> Mg CO 2-eq/ha)<br />

fueron siete veces superiores a las emisiones emanadas de la<br />

conversión de bosques secos y tres veces superiores a las<br />

emisiones resultantes de la conversión de selva amazónica en<br />

tierras de pastoreo”, según lo señala estudio de la UNAM<br />

sobre Pantanos de Centla, Tabasco 27 .<br />

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES<br />

Gracias a la economía ecológica podemos cuestionar el<br />

supuesto de que con la aplicación a ultranza de mecanismos<br />

de mercado se obtendría la máxima eficiencia y optimización<br />

en el consumo-uso y distribución de los recursos naturales.<br />

También este enfoque nos permite cuestionar aquellos<br />

argumentos que mencionan el libre comercio sin<br />

restricciones como benéfico para el medio ambiente.<br />

Por su parte, es a través de la ecología política que podemos<br />

incorporar los procesos políticos e institucionales a fin de<br />

lograr una visión más integral del complejo accionar de los<br />

ecosistemas y su relación con los servicios y funciones<br />

ambientales que proveen al hombre apoyándonos en el<br />

concepto de socio-ecosistemas.<br />

Las estrategias puramente de mercado y crematísticas no<br />

ofrecen tampoco soluciones adecuadas a los conflictos<br />

derivados de una situación de escasez, mala distribución,<br />

competencia e ingobernanza de los bienes comunes. En el<br />

caso de los humedales costeros se observa, inclusive desde el<br />

enfoque de la economía ambiental neoclásica, fallas en el<br />

reconocimiento y medición de las externalidades positivas<br />

que se dejan de recibir o se pierden por el daño ambiental<br />

derivado del radical cambio de uso de suelo.<br />

¿Cuáles serían las principales conclusiones y lecciones<br />

aprendidas con respecto a este infortunado tema que nos<br />

ocupa?<br />

El ejercicio analítico para entender las claves de Tajamar nos<br />

permite ver no sólo las fallas de las instituciones y de las<br />

políticas orientadas a la protección ambiental, sino lo que<br />

consideramos más importante, a saber: que el crecimiento<br />

económico del país es insustentable y estar altamente<br />

subsidiado a través de la explotación y agotamiento de los<br />

recursos naturales. En segundo lugar, no hay lecciones<br />

aprehendidas: la naturaleza sí tiene memoria, los políticos e<br />

intereses desarrollistas NO. Evidentemente, se ignora y<br />

subestima el hecho que los costos por externalidades<br />

positivas ambientales y los intangibles que se pierden,<br />

además los riesgos implícitos por la ausencia de barreras<br />

naturales resultan mucho mayores que los beneficios<br />

crematísticos y monetarios que se obtienen con esos<br />

desarrollos.<br />

Incluso los análisis cuantitativos pueden demostrar que estas<br />

externalidades superan los beneficios económicos derivados<br />

del cambio de uso del suelo.<br />

Para el grupo dominante, de nueva cuenta la depredación, el<br />

agotamiento y sobreexplotación de los recursos naturales y el<br />

extractivismo continúan siendo, en muchos sentidos, una<br />

especie de salvavidas para seguir flotando en la crisis<br />

económica que azota el país durante más de una década. Es<br />

decir, se trata de un modelo cuyas tablas de flotación se<br />

apuntalan en un crecimiento económico insustentable. Más<br />

aún, la apropiación y virtual expropiación del espacio público<br />

y bien común natural por parte del gran capital, donde las<br />

prácticas y políticas de funcionarios y agentes<br />

gubernamentales terminan sirviendo los intereses de éste.<br />

La destrucción de este humedal costero y “capital” natural<br />

crítico es un claro ejemplo de las políticas de crecimiento a<br />

costa de la degradación y el agotamiento de los recursos<br />

naturales vitales, donde se privilegia el hormigón y las<br />

construcciones de lujo socialmente excluyentes por sobre la<br />

protección del hábitat natural. Las autoridades han pasado<br />

por alto, incluso, las ventajas potenciales del ecoturismo,<br />

cuando la biodiversidad, la biocultura y la riqueza de flora y<br />

fauna locales constituyen un atractivo para el turismo<br />

nacional e internacional.<br />

Se deben asegurar los derechos de las comunidades locales<br />

sobre sus tierras, particularmente de las franjas de litorales a<br />

fin de proteger bosques y manglares y que no sean sujetos a<br />

la compra-venta. Existe una responsabilidad ético-ambiental<br />

que va más allá del “crecimiento” económico y de cuidar la<br />

salud humana a la par que la pachamama.<br />

Una de las lecturas más importantes que nos deja el análisis<br />

del ecocidio de Tajamar es que éste sí ocurrió, pues se dio<br />

una destrucción violenta y sistemática de un recurso crítico<br />

para los ecosistemas costeros, debilitando aún más las<br />

barreras naturales frente a los fenómenos climáticos que se<br />

han venido intensificado durante las últimas décadas y cuya<br />

única justificación, si acaso, fue de índole pecuniaria no<br />

social, apoyándose en un permiso de impacto ambiental a<br />

todas luces incorrecto, sin consulta a la población y que se<br />

otorga a un gobierno donde privaba la corrupción e<br />

27<br />

Vale decir, al capturar y almacenar carbono, los manglares liberan menos<br />

carbono que otros ecosistemas forestales porque los suelos de éstos tienen<br />

promedios de descomposición bajos y por lo tanto el almacenamiento de<br />

carbono en el suelo puede ser más alto que en los sistemas forestales de agua<br />

dulce. Fuente: Ideas, s.f. “LA CONSERVACION DE LOS MANGLARES<br />

Vs. EL DESARROLLO TURISTICO”.<br />

58 REVISTA DEL CENTRO DE GRADUADOS E INVESTIGACIÓN. INSTITUTO TECNOLÓGICO MÉRIDA Vol. <strong>31</strong> NÚM. <strong>64</strong>

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