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INGOBERNANZA DE LOS BIENES COMUNES: TAJAMAR, LA TRAGEDIA DE LOS HUMEDALES COSTEROS EN MÉXICO<br />
referirnos a “fallas” sociales, se puede constatar una baja<br />
participación de la sociedad civil para proteger su hábitat y<br />
formas de vida tradicionales de diálogo con la naturaleza,<br />
resultado en gran medida de la poca información o interés<br />
que éstos tienen de la condición de su hábitat, así como de<br />
qué herramientas usar para protegerlo y contar con<br />
actividades alternativas a la sobreexplotación del recurso<br />
natural 4 . Por último, el tercer elemento el mercado y la<br />
economía, quizás sea el más complejo ya que incorpora a los<br />
dos primeros, sugiere que 1) en su afán o búsqueda del lucro<br />
y la ganancia, los emprendedores y negocios no incorporan<br />
aquellos impactos negativos que su acción puede provocar; y<br />
2) en las demandas de la sociedad por hacerse de bienes y<br />
servicios para su subsistencia y consumo en el mercado, no<br />
se reconocen o subestiman las externalidades negativas<br />
contenidas en el producto demandado.<br />
En todo caso y en ambas situaciones, la renuncia y oposición<br />
a buenas políticas normativas y regulatorias por lo común<br />
termina obedeciendo a la presión de las empresas y negocios<br />
para “satisfacer” sus intereses privados e inmediatos, así<br />
como los de la industria y de los propios consumidores;<br />
donde se privilegian las demandas, necesidades y<br />
satisfactores individuales prácticamente a cualquier costo<br />
(consumos, amenidades, creación de empleo, vivienda,<br />
ingreso, nivel de vida, estatus, etc.).<br />
Resulta por ello importante incorporar los arreglos<br />
institucionales y las normas jurídicas para tener y procurar<br />
realmente un buen funcionamiento y reconocimiento de la<br />
protección ambiental y los servicios que brinda la naturaleza,<br />
acotando los alcances de los intereses y presiones de la<br />
sociedad, el mercado y los negocios privados. Vista en su<br />
conjunto, esta problemática expresa y configura una crisis de<br />
gobernanza sobre los recursos de la casa común y que exige<br />
el análisis de los cientistas tanto sociales como de las ciencias<br />
de la naturaleza.<br />
Hoy en día es más que evidente que vivimos en constante<br />
riesgo, por un lado como producto de las actividades e<br />
inventos humanos, y por otro lado como consecuencia de los<br />
fenómenos naturales resultado del Cambio Climático. Por<br />
ello una buena gobernanza sobre los bienes comunes debe<br />
contemplar la capacidad de adaptación de la población para<br />
enfrenar fenómenos naturales del tipo de ciclones y<br />
huracanes, tan frecuentes y que, por cierto, han provocado<br />
serios daños en la Península de Yucatán. Todo esto inscrito<br />
dentro del cambio climático, principal flagelo que afecta el<br />
planeta.<br />
Importancia del manglar<br />
Para el caso de los últimos sucesos ocurridos en el polígono<br />
de Tajamar debemos, en primer lugar, preguntarnos si se trata<br />
de un ecocidio o solamente de una degradación y devastación<br />
de un pequeño ecosistema costero con manglar cuya<br />
extensión no rebasa las 80 hectáreas en su conjunto, ubicado<br />
en la ciudad de Cancún, dentro de la llamada Riviera Maya<br />
de Quintana Roo.<br />
¿Qué es un manglar? ¿Dónde se encuentra exactamente<br />
ubicado el de Tajamar?<br />
De entrada, debemos señalar la importancia y fragilidad de<br />
los ecosistemas costeros, lagunares, de humedales, esteros,<br />
ciénegas, manglares y pantanos mexicanos, los cuales han<br />
perdido más de la mitad de su superficie durante los 100<br />
últimos años. De ahí nuestra preocupación.<br />
Los manglares, al igual que los bosques cumplen múltiples<br />
funciones ecológicas, socioeconómicas y culturales.<br />
Constituyen uno de los ecosistemas con mayor productividad<br />
bio-ecológica, proporcionan importantes recursos como<br />
productos madereros y no madereros; albergan una gran<br />
biodiversidad genética de hábitats, especies (animales - aves,<br />
peces, crustáceos, moluscos y vegetales); regulan el régimen<br />
hidrológico, y mantienen la fertilidad y estructura del suelo.<br />
Conforman fronteras y muros naturales entre las aguas<br />
marinas y las dulces; barreras rompe vientos y<br />
amortiguadoras de tormentas y huracanes en su paso hacia el<br />
continente y tierra firme. Intervienen además en los ciclos de<br />
nutrientes (nitrógeno, fósforo, etc.) y en el ciclo del carbono<br />
a través del cual regula las concentraciones atmosféricas de<br />
dióxido de carbono influyendo en la mitigación del<br />
calentamiento global (Bishop y Landell-Mills, 2003). Son<br />
además fuente de empleo, de pesquerías, usos tradicionales y<br />
sitios de recreación.<br />
Según Conabio, el manglar es un bioma o biomasa formado<br />
por árboles muy tolerantes a la sal que ocupan la zona<br />
intermareal cercana a las desembocaduras de cursos de agua<br />
dulce de las costas de latitudes tropicales y subtropicales de<br />
la tierra. Así, entre las áreas con manglares se incluyen<br />
estuarios y zonas costeras. También sirven de hábitat para<br />
4<br />
Sólo para mencionar un ejemplo son los casos de la captura del pulpo y del<br />
pepino de mar.<br />
REVISTA DEL CENTRO DE GRADUADOS E INVESTIGACIÓN. INSTITUTO TECNOLÓGICO MÉRIDA Vol. <strong>31</strong> NÚM. <strong>64</strong> 51