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TEORIA CRITICA-MAX HORKHEIMER

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en el cual el efecto de cada decisión depende de infinidad de<br />

contingencias, y el libre albedrío se rebaja hasta convertirse en<br />

un mero adivinar entre puras posibilidades imprevisibles, esté<br />

ya radicalmente viciada la alegría de la acción, tal repugnancia<br />

respecto de las acciones voluntarias está preparada sin duda, y<br />

de la manera más efectiva, por la educación en la familia nuclear.<br />

En los miembros de la clase superior, el resultado de esta<br />

escuela de la autoridad se ha presentado más como objetividad,<br />

como apertura a todos los puntos de vista y acontecimientos<br />

—incluso los más contradictorios entre sí— del arte y de la<br />

historia, como exaltación de la grandeza en sí; es decir, se ha<br />

presentado en el empirismo y en el relativismo de la época liberal.<br />

Por el contrario, en las masas pequeñoburguesas, donde<br />

la opresión que pesa sobre el padre se reproduce en la presión<br />

que este ejerce sobre sus hijos, ha tenido como consecuencia,<br />

además de la crueldad, acrecentar directamente la inclinación<br />

masoquista a someter la voluntad ante cualquier dirección,<br />

con el mero requisito de que esta lleve el sello de lo poderoso.<br />

Apenas si puede concebirse al hombre de la Edad Moderna<br />

sin este patrimonio.<br />

Comte, el fundador de la sociología moderna, lo sabe por experiencia<br />

propia. «Por inmoderada que hoy pueda ser la universal<br />

sed de dominio provocada por nuestra anarquía intelectual,<br />

indiscutiblemente no hay individuo alguno que, en un examen<br />

personal secreto y concienzudo, no haya sentido con frecuencia<br />

más o menos profundamente cuan dulce es obedecer,<br />

cuando podemos realizar la felicidad, casi imposible, en nuestros<br />

días, de ser liberados convenientemente, por obra de sabios<br />

y dignos conductores, de la opresiva responsabilidad de<br />

una conducción general de nuestro actuar; un sentimiento así<br />

quizá lo hayan experimentado en especial aquellos que podrían<br />

mandar mejor».'^ McDougall dice que la censura y la<br />

desaprobación podrían disipar el instinto de autoafirmación y<br />

despertar el «instinto de sumisión»; «según predomine uno<br />

u otro efecto, el estado resultante vacila desde el rencor encolerizado,<br />

en el que falta el sentimiento de sí negativo, pasando<br />

por la vergüenza y diversos matices de pudor, hasta llegar<br />

a un estado de arrepentimiento, en el cual el sentimiento<br />

de sí negativo se convierte en el elemento principal, el cual,<br />

empero, merced a la integridad de la sumisión bajo el poder<br />

que nos corrige, puede ir acompañado de cierto placer, de un<br />

placer que se reduce a la satisfacción del instinto de sumi-<br />

53 A. Comte, Soziologie (Sociología), Jena, 1907, vol. I, pág. 450.<br />

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