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privilegios, por oposición a una asociación de hombres libres<br />
en la cual cada uno tiene la posibilidad de desarrollarse. Esta<br />
idea se diferencia de la utopía abstracta porque aduce como<br />
prueba de s' posibilidad real el estado actual de las fuerzas<br />
humanas de producción. Pero el número de tendencias que<br />
pueden conducir a ella, el de las transiciones que se vayan<br />
alcanzando, la medida en que las etapas previas aisladas puedan<br />
ser deseables y valiosas en sí mismas —esto es, lo que<br />
ellas signifiquen históricamente para esa idea—, todo eso se<br />
define sólo cuando ella se realiza. Este pensar tiene algo en<br />
común con la fantasía, a saber: que una imagen de futuro, que<br />
surge por cierto desde la más profunda comprensión del presente,<br />
determina pensamientos y acciones, aun en los períodos<br />
en que la marcha de las cosas parece descartarla y dar fundamento<br />
a cualquier doctrina antes que a la creencia en su cumplimiento.<br />
Pero no es propio de este pensar lo arbitrario y lo<br />
sospechosamente independiente, sino la tenacidad de la fantasía.<br />
Dentro de los grupos más avanzados, es el pensador teórico<br />
quien debe implantar esa tenacidad. Tampoco en esta<br />
situación predomina la armonía. Si el teórico de la clase dominante<br />
alcanza, tal vez luego de penosos comienzos, una posición<br />
relativamente segura, para el bando contrario él pasa<br />
por enemigo o delincuente o bien por un utopista ajeno al<br />
mundo, y la discusión al respecto no queda decidida ni siquiera<br />
después de su muerte. El significado histórico de su actividad<br />
no es evidente de suyo; antes depende de que los hombres hablen<br />
y actúen en favor de él. Ese significado no es el propio<br />
de una figura histórica ya terminada.<br />
La capacidad para actos de pensamiento tales como los que<br />
exige la praxis cotidiana, tanto en la vida de los negocios como<br />
en las ciencias, ha sido desarrollada en los hombres a lo<br />
largo de siglos de educación realista; una falla conduce aquí al<br />
dolor, a la frustración y al castigo. Esta forma de comportamiento<br />
intelectual consiste esencialmente en que las condiciones<br />
para la aparición de un efecto, que siempre ha aparecido<br />
bajo los mismos supuestos, son reconocidas y, en determinadas<br />
circunstancias, provocadas de manera autónoma. Hay un aprendizaje<br />
intuitivo, logrado a través de las buenas y malas experiencias<br />
y del experimento organizado. Aquí está en juego la<br />
supervivencia individual inmediata, y la humanidad ha tenido<br />
en la sociedad burguesa la oportunidad de desarrollar el sentido<br />
para ella. El conocimiento en esta acepción tradicional,<br />
incluyendo toda clase de experiencias, está contenido en la<br />
teoría y la praxis críticas. Pero, en lo que respecta a la trans-<br />
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