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otras porque cada una muestra ciertos aspectos estructurales<br />
peculiares y por eso se manifiesta como una unidad relativa.<br />
La marcada diferencia que media entre los momentos culminantes<br />
de estas épocas no puede eliminar desde luego la dificultad<br />
que se presenta cuando se quieren trazar límites precisos.<br />
También en otros dominios teóricos, por ejemplo en la biología,<br />
resulta más fácil describir casos precisos en ámbitos diferentes<br />
que determinar las transiciones.<br />
El empeño de separar períodos históricos según rasgos característicos<br />
pudo apoyarse en la indagación de ramas aisladas de<br />
la vida social. Las historias del derecho, del arte y de la religión<br />
intentaron trazar sus divisiones siguiendo criterios propios. Si<br />
dejamos de lado intentos puramente sumativos, en la ciencia<br />
se sospecha que las líneas así trazadas no corren paralelas por<br />
mero azar, sino que en ellas se expresa una legalidad más profunda,<br />
universal. Es preciso rechazar hoy la teoría comteana<br />
de los tres estadios, que toda sociedad obligatoriamente recorrería<br />
mas no porque sea erróneo querer comprender, de la manera<br />
más unitaria posible, las grandes épocas de la humanidad,<br />
sino a causa del criterio relativamente superficial en que se<br />
inspira, aportado por una deficiente filosofía de la historia. El<br />
procedimiento de Comte se resiente, en especial, porque ha<br />
dado carácter absoluto a cierto grado del desarrollo de la ciencia<br />
natural o, más bien, a una dudosa interpretación de la ciencia<br />
natural de su tiempo. Su concepto estático y formalista de<br />
la ley hace que toda su teoría aparezca como relativamente arbitraria,<br />
constructivista en mal sentido. El físico, en sus<br />
investigaciones, puede dejar justificadamente de lado la idea<br />
de que toda teoría está entretejida con el proceso histórico;<br />
por el contrario, esperamos que el filósofo de la historia y el<br />
sociólogo sepan poner de manifiesto, penetrando hasta las teorías<br />
particulares y la formación de conceptos, como tales teorías<br />
y cada uno de sus pasos se basan en la problemática de la<br />
época a que pertenecen. El hecho de que Comte, Spencer y<br />
muchos de sus sucesores logren esto sólo de manera inconsciente<br />
y a pesar de su propia concepción de la ciencia es lo que<br />
presta a sus divisiones ese carácter contradictorio y rígido.<br />
Las deficiencias de algunos sistemas sociológicos no pueden<br />
destruir la convicción de que la sociedad ha recorrido épocas<br />
de relativa unicidad, es decir, épocas diferentes. En Alemania<br />
esta convicción no ha desaparecido desde Herder y Hegel, aunque,<br />
con posterioridad, se la ha sostenido y perfeccionado más<br />
en la crítica de la economía iwlítica y en la gran historiografía<br />
que en la propia filosofía. En sus conferencias sobre las épocas<br />
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