El club de los negocios raros - Chesterton
LAS EXTRAORDINARIAS AVENTURAS DEL COMANDANTE BROWN
LAS EXTRAORDINARIAS AVENTURAS DEL COMANDANTE BROWN
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-¿Que le sería difícil conservar la cabeza? -exclamó Wimpole con aire alarmado-. No, por<br />
Dios, consérvela, consérvela para el museo.<br />
Todo el mundo se echó a reír estrepitosamente, como siempre que se admite <strong>de</strong> antemano<br />
la gracia <strong>de</strong> una cosa, y sir Walter, enrojecido <strong>de</strong> pronto, exclamó:<br />
-¿Sabe usted a quién está diciendo sus malditas payasadas?<br />
-Yo no digo nunca payasadas sin conocer primero a mi auditorio -replicó el otro.<br />
Grant atravesó el salón y dio un golpecito en el hombro al secretario <strong>de</strong>l bigote rojizo.<br />
Este caballero se hallaba recostado contra la pared contemplando toda la escena con<br />
visible malhumor, malhumor que creía ver aumentar cada vez que su ojos se <strong>de</strong>tenían en<br />
la joven que con tal arrobamiento escuchaba a Wimpole.<br />
-¿Puedo <strong>de</strong>cirle dos palabras afuera, Drummond? -le dijo Grant-. Es una cuestión <strong>de</strong><br />
<strong>negocios</strong>. Lady Beaumont nos dispensará un momento.<br />
Yo seguí a mi amigo a instancias suyas, sumamente sorprendido <strong>de</strong> tan extraña<br />
entrevista. De repente nos <strong>de</strong>tuvimos en una habitación contigua al vestíbulo.<br />
-Drummond -dijo Basil bruscamente-, esta tar<strong>de</strong> se encuentran aquí muchas personas<br />
buenas y muchas personas sentadas. Pero <strong>de</strong>sgraciadamente da la casualidad <strong>de</strong> que todas<br />
las personas buenas están locas, y todas las que hay sensatas son malvadas. Usted es, <strong>de</strong><br />
todos <strong>los</strong> presentes, el único que a la vez que honrado tiene algo <strong>de</strong> sentido común. ¿Qué<br />
opina <strong>de</strong> Wimpole?<br />
<strong>El</strong> secretario Drummond tenía el rostro pálido y el cabello rojizo, pero al oír la pregunta<br />
su semblante enrojeció <strong>de</strong> pronto tanto como su bigote.<br />
-Yo no puedo juzgarle con justicia -repuso.<br />
-¿Por qué? -preguntó Grant.<br />
-Porque le odio con toda mi alma -dijo el otro con esfuerzo tras una larga pausa.<br />
Ni Grant ni yo necesitábamos preguntar el motivo: las miradas <strong>de</strong> la señorita Beaumont y<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sconocido eran harto elocuentes. Grant le dijo con sosiego:<br />
-Pero antes... antes <strong>de</strong> que llegara usted a odiarle, ¿qué opinión le merecía?<br />
-Me pone usted en un apuro terrible -dijo el joven con una voz en la que se veía a las<br />
claras que era un hombre honrado-. Si hablara <strong>de</strong> él guiándome por <strong>los</strong> sentimientos que<br />
ahora me inspira, no podría confiar en mis palabras. Por otra parte, aunque quisiera <strong>de</strong>cir<br />
que cuando le conocí le encontraba encantador, el hecho es que tampoco eso es cierto. Yo<br />
le odio por motivos particulares, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, pero al mismo tiempo <strong>de</strong>sapruebo su<br />
conducta por causas totalmente ajenas a mis sentimientos privados. Cuando vino aquí por<br />
primera vez confieso que era mucho más recatado, pero <strong>de</strong> todas formas a mí no me<br />
gustaba su presuntuosa moral. Después nos fue presentado el anciano sir Walter<br />
Cholmon<strong>de</strong>liegh, y ese hombre, con su ingenio plebeyo, empezó a burlarse <strong>de</strong>l viejo<br />
como lo está haciendo ahora. Entonces fue cuando me di cuenta <strong>de</strong> que <strong>de</strong>bía ser una<br />
mala persona, porque no pue<strong>de</strong> ser bueno quien se mofa <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres ancianos y<br />
bondadosos, y él se mofa <strong>de</strong>l pobre viejo furiosamente, sin cesar, como si odiara la vejez<br />
y la bondad. Admita usted, si le parece, el testimonio <strong>de</strong> un testigo parcial. Yo reconozco<br />
que aborrezco a ese hombre porque cierta persona le admira, pero creo que aparte <strong>de</strong> esto<br />
le aborrecería porque aborrece al viejo sir Walter.<br />
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