El club de los negocios raros - Chesterton
LAS EXTRAORDINARIAS AVENTURAS DEL COMANDANTE BROWN
LAS EXTRAORDINARIAS AVENTURAS DEL COMANDANTE BROWN
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Grant le contemplaba estremeciéndose <strong>de</strong> risa. -Cierto -replicó-; no hay ninguna<br />
inconsecuencia, hijo mío <strong>de</strong> la roja lanza. Pero sí existe entre ambas cosas una gran<br />
incompatibilidad <strong>de</strong> temperamento. Yo disto mucho <strong>de</strong> creer que el zulú se encuentre en<br />
una fase evolutiva inferior, sea lo que sea lo que se entienda por eso. No creo que haya<br />
nada <strong>de</strong> estúpido o <strong>de</strong> ignorante en aullar a la luna o en asustarse <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>monios en la<br />
oscuridad. A mí me parece perfectamente fi<strong>los</strong>ófico. ¿Por qué ha <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como<br />
un idiota a un hombre que siente el misterio y el peligro <strong>de</strong> la existencia? Suponga usted,<br />
mi querido Chadd, suponga que fuéramos nosotros <strong>los</strong> idiotas porque no nos asustamos<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>monios en la oscuridad...<br />
<strong>El</strong> profesor Chadd abrió una página <strong>de</strong> la revista con un cortapapeles <strong>de</strong> hueso, poniendo<br />
en el acto la intensa veneración <strong>de</strong>l bibliófilo.<br />
-No cabe duda -dijo- que es una hipótesis <strong>de</strong>fendible. Me refiero a la hipótesis que veo<br />
que sostiene usted <strong>de</strong> que nuestra civilización no constituye o pue<strong>de</strong> no constituir un<br />
avance, e incluso, si no le entiendo mal, pue<strong>de</strong> constituir un retroceso <strong>de</strong> estados<br />
idénticos o análogos al <strong>de</strong> <strong>los</strong> zulúes. Por otra parte, me inclino a conce<strong>de</strong>r que semejante<br />
proposición tiene el carácter, al menos hasta cierto punto, <strong>de</strong> una proposición primaria, y<br />
no pue<strong>de</strong> ser razonada a<strong>de</strong>cuadamente, <strong>de</strong> la misma manera, entiendo yo, que no pue<strong>de</strong><br />
razonarse a<strong>de</strong>cuadamente la proposición primaria <strong>de</strong>l pesimismo o la <strong>de</strong> la inexistencia <strong>de</strong><br />
la materia. Pero no concibo que pueda usted imaginarse que ha <strong>de</strong>mostrado acerca <strong>de</strong> esta<br />
proposición otra cosa sino que es <strong>de</strong>fendible, lo cual, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, equivale a poco<br />
más que asegurar que no se trata <strong>de</strong> una contradicción en <strong>los</strong> términos.<br />
Basil le tiró un libro a la cabeza y sacó un cigarro.<br />
-No me compren<strong>de</strong> usted -dijo-; pero, por otra parte y a modo <strong>de</strong> compensación, no le<br />
importaría a usted que se fume. Por qué no se opone usted a este rito <strong>de</strong>sagradablemente<br />
bárbaro, es algo que no acierto a explicar. Por mi parte, lo que puedo <strong>de</strong>cir es que<br />
comencé a ejercitarlo cuando empecé a ser zulú, hacia la edad <strong>de</strong> diez años. Lo que yo<br />
sostenía es que aunque usted supiera más sobre <strong>los</strong> zulúes en el sentido <strong>de</strong> que es usted<br />
un sabio, yo sé más que usted sobre el<strong>los</strong> en el sentido <strong>de</strong> que soy un salvaje. Por<br />
ejemplo, esa tontería suya sobre el origen <strong>de</strong>l lenguaje, según la cual proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l secreto<br />
lenguaje formulado por alguna criatura individual. Aunque me <strong>de</strong>jara usted sorprendido<br />
con <strong>los</strong> hechos y la erudición que alegó en su favor, no acaba, sin embargo, <strong>de</strong><br />
convencerme, porque tengo la impresión <strong>de</strong> que no es así como ocurren esas cosas. Si me<br />
pregunta usted por qué pienso así, sólo puedo contestarle que porque soy un zulú, y si me<br />
pregunta usted (como así lo espero) cuál es mi <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> zulú, también le puedo<br />
contestar: es un tipo que ha trepado a <strong>los</strong> manzanos <strong>de</strong> Sussex a <strong>los</strong> siete años y que ha<br />
tenido miedo <strong>de</strong> <strong>los</strong> fantasmas en una callejuela <strong>de</strong> Inglaterra.<br />
-Sus procesos i<strong>de</strong>ativos... -comenzó el inconmovible Chadd, pero su discurso fue<br />
interrumpido bruscamente.<br />
Una <strong>de</strong> sus hermanas, con esa masculinidad que en tales familias se concentra siempre en<br />
las mujeres, abrió <strong>de</strong> par en par la puerta con el brazo rígido y exclamó:<br />
-James, el señor Bingham, <strong>de</strong>l British Museum, <strong>de</strong>sea verte otra vez.<br />
<strong>El</strong> filósofo se levantó con una expresión aturdida, que en estos hombres revela siempre el<br />
hecho <strong>de</strong> que consi<strong>de</strong>ran la fi<strong>los</strong>ofía como una cosa familiar, pero la vida práctica como<br />
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