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El club de los negocios raros - Chesterton

LAS EXTRAORDINARIAS AVENTURAS DEL COMANDANTE BROWN

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-Sí, si usted lo <strong>de</strong>sea -respondió lentamente-. Sus señas son: «Los Olmos. Buxton<br />

Common. Alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> Purley, Surrey».<br />

-Muchas gracias -dijo Rupert.<br />

Y echó a correr hacía su casa en la noche con toda la rapi<strong>de</strong>z que le permitían sus piernas,<br />

repitiéndose sin cesar las señas <strong>de</strong>l teniente.<br />

Por regla general Rupert Grant llegaba al <strong>de</strong>sayuno con un retraso señoril. Yo no sé cómo<br />

se las arreglaba siempre para asumir la actitud <strong>de</strong> benjamín consentido. A la mañana<br />

siguiente, sin embargo, cuando bajamos Basil y yo, le encontramos ya dispuesto.<br />

-Vamos a ver -le dijo bruscamente a su hermano sin esperar siquiera a que nos<br />

sentáramos a <strong>de</strong>sayunar-, ¿qué piensas ahora <strong>de</strong> Drummond Keith?<br />

-¿Que qué pienso <strong>de</strong> él? -dijo Basil lentamente-. No pienso absolutamente nada.<br />

-Me alegro <strong>de</strong> saberlo -dijo Rupert, untando <strong>de</strong> manteca su tostada con exaltada energía-.<br />

Ya sabía yo que acabarías por darme la razón, pero lo que me extraña es que no te dieras<br />

cuenta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un principio. Ese hombre es, a todas luces, un embustero y un granuja.<br />

-Me parece que no me he expresado con claridad -dijo Basil con la misma monotonía <strong>de</strong><br />

antes-. Cuando he dicho que no pensaba nada <strong>de</strong> él, no daba a mis palabras sino un<br />

estricto sentido gramatical. Quería <strong>de</strong>cir que no pensaba en él, que no ocupaba mis<br />

pensamientos. En cambio, tú pareces que no piensas en él, puesto que crees que es un<br />

granuja.<br />

- A veces me parece que te gusta <strong>de</strong>cir paradojas por puro capricho -dijo Rupert partiendo<br />

un huevo con innecesaria brusquedad-. ¿Qué sentido tienen tus tonterías? Nos<br />

encontramos en presencia <strong>de</strong> un hombre <strong>de</strong> dudoso origen, según nuestro unánime<br />

criterio. Es un vagabundo, un charlatán, un hombre que no oculta su familiaridad con las<br />

más negras y sangrientas escenas <strong>de</strong> la tierra. Nos tomamos la molestia <strong>de</strong> seguirle a una<br />

<strong>de</strong> sus misteriosas citas y le vemos entregarse con ese inverosímil agente <strong>de</strong> fincas a las<br />

mayores intrigas y a <strong>los</strong> mayores embustes que se hayan visto. Le seguimos a su casa y la<br />

misma noche le <strong>de</strong>scubrimos en el fragor <strong>de</strong> una riña fatal o casi fatal, en la que es el<br />

único armado. La verdad es que si eso es ser <strong>de</strong> una bondad resplan<strong>de</strong>ciente, <strong>de</strong>bo<br />

confesar que a mí no me <strong>de</strong>slumbra semejante resplandor.<br />

Basil le escuchaba impertérrito.<br />

-Reconozco que su bondad moral es <strong>de</strong> cierta índole, <strong>de</strong> una índole acaso singular y poco<br />

común. Es muy aficionado a la variación y a las más diversas experiencias, pero todos <strong>los</strong><br />

alegatos que con tanto ingenio presentas en su contra, no son más que simples<br />

coinci<strong>de</strong>ncias o argumentos capciosos. Es cierto que no quiso hablar <strong>de</strong> <strong>los</strong> asuntos <strong>de</strong> su<br />

casa en nuestra presencia, pero nadie lo haría. Es cierto que llevaba un bastón-estoque;<br />

pero cualquiera podría llevarlo. Es cierto que intervino en una riña callejera, pero eso<br />

pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>rle a cualquiera. En todo eso no hay, en realidad, nada sospechoso. Nada<br />

hay que confirme...<br />

Según hablaba, llamaron a la puerta.<br />

-Con su permiso, señor -dijo la patrona con aire alarmado-, ahí hay un policía que <strong>de</strong>sea<br />

verle.<br />

-Que pase -dijo Basil en el profundo silencio.<br />

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