Neurociencia del consumo y dependencia de sustancias psicoactivas
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NEUROCIENCIA DEL CONSUMO Y DEPENDENCIA DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS<br />
los dicigóticos, que comparten sólo la mitad <strong>de</strong> sus genes, tienen un nivel intermedio<br />
<strong>de</strong> asociación <strong>de</strong> tabaquismo y <strong>de</strong>presión, que está entre el nivel <strong>de</strong> los<br />
gemelos monocigóticos (que es más elevado) y el <strong>de</strong> la población general (un<br />
nivel menor) (Kendler y colab., 1993b). Estos datos son consistentes con la<br />
hipótesis <strong>de</strong> que los genes comunes o compartidos son una fuente <strong>de</strong> la asociación<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>presión y tabaquismo.<br />
Depen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> psicoestimulantes y <strong>de</strong>presión<br />
Los datos epi<strong>de</strong>miológicos indican que las inci<strong>de</strong>ncias durante la vida <strong>de</strong> <strong>de</strong>presión<br />
mayor son <strong>de</strong> 32% en usuarios <strong>de</strong> cocaína y <strong>de</strong> sólo 8 a 13% en muestras <strong>de</strong> la comunidad<br />
(Robins y colab., 1984; Regier y colab., 1990; Robins y Reiger, 1991;<br />
Rounsaville y colab., 1991; Kessler y colab., 1994). De manera similar al tabaquismo,<br />
el tratamiento <strong>de</strong> los farmaco<strong>de</strong>pendientes con anti<strong>de</strong>presivos produce una<br />
mayor mejoría en el estado <strong>de</strong> ánimo y la reducción en el uso <strong>de</strong> psicoestimulantes<br />
entre aquellos que sufren <strong>de</strong> <strong>de</strong>presión, que entre aquellos que no la pa<strong>de</strong>cen.<br />
El tratamiento con anti<strong>de</strong>presivos parece disminuir el uso <strong>de</strong> cocaína, así como<br />
la <strong>de</strong>presión. El tratamiento con el anti<strong>de</strong>presivo tricíclico <strong>de</strong>smetilimipramina<br />
provocó una reducción <strong><strong>de</strong>l</strong> 90% en el uso <strong>de</strong> la cocaína entre usuarios con <strong>de</strong>presión,<br />
en tanto que los usuarios no <strong>de</strong>primidos presentaron una reducción <strong><strong>de</strong>l</strong> 50%<br />
en su uso <strong>de</strong> cocaína (Ziedonis y Kosten, 1991). Similarmente, el 26% <strong>de</strong> los usuarios<br />
<strong>de</strong> cocaína con <strong>de</strong>presión fueron tratados con imipramina (otro anti<strong>de</strong>presivo<br />
tricíclico) y tuvieron cuando menos tres semanas consecutivas sin cocaína en comparación<br />
a sólo 5% <strong>de</strong> aquellos tratados con placebo (Nunes y colab., 1995). Estos<br />
resultados sugieren que los usuarios <strong>de</strong> psicoestimulantes pue<strong>de</strong>n consumir estas <strong>sustancias</strong><br />
para automedicar un estado afectivo negativo subyacente (Khantzian, 1997;<br />
Markou, Kosten y Koob, 1998).<br />
En humanos, la abstinencia <strong>de</strong> psicoestimulantes se caracteriza por perturbaciones<br />
severas <strong><strong>de</strong>l</strong> estado <strong>de</strong> ánimo, incluyendo síntomas <strong>de</strong>presivos combinados<br />
con irritabilidad y ansiedad (Gawin y Kleber, 1986; Weddington y colab., 1990;<br />
Satel y colab., 1991; American Psychiatric Association, 1994). Estos síntomas<br />
duran <strong>de</strong> horas a varios días, don<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los más sobresalientes es anhedonia<br />
(es <strong>de</strong>cir, menor interés o placer), que también pue<strong>de</strong> ser un síntoma central <strong>de</strong><br />
la <strong>de</strong>presión. Esta anhedonia podría ser uno <strong>de</strong> los factores motivantes en la etiología<br />
y mantenimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> ciclo <strong>de</strong> la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> psicoestimulantes. Por consiguiente,<br />
la similitud entre un episodio <strong>de</strong>presivo mayor y la abstinencia <strong>de</strong><br />
psicoestimulantes da más soporte a la hipótesis <strong>de</strong> que existen substratos neurobiológicos<br />
traslapados que median estos síntomas <strong>de</strong>presivos comunes a los dos<br />
trastornos. Nuevamente, el sistema mesolímbico dopaminérgico parece ser el<br />
candidato más factible que media tanto la recompensa <strong><strong>de</strong>l</strong> uso <strong>de</strong> la sustancia,<br />
como la falta <strong>de</strong> placer asociada con la abstinencia <strong>de</strong> la sustancia y la <strong>de</strong>presión.<br />
En lo que se refiere a la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> psicoestimulantes es claro que, cuando<br />
menos en algunos casos, la <strong>de</strong>presión es inducida por la droga. El uso <strong>de</strong> las<br />
<strong>sustancias</strong> también podría reflejar un intento <strong>de</strong> automedicar una <strong>de</strong>presión<br />
preexistente.<br />
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