aquí. - Portal de Estudios Sociales y Educación Cívica - Universidad ...

den salir confiados a buscar agua. Los amerindios
muestran la mayor quietud. Al embarcarse de nuevo,
el anciano insiste en que se lleven a las niñas, que se
mostraron muy tranquilas. En el navío principal, Colón
las hizo vestir y dar de comer y las devolvió a tierra.
Las reciben 50 hombres y el viejo con m~cha
alegría. Devuelven de nuevo los obsequios.
Al bajar a tierra Bartolomé Colón para levantar
información, los indios huyen ante la vista del
acto de escritura. A su vez hacían sahumerios y tiraban
polvos al aire hacia los extraños. Nuevamente
el adelantado (Bartolomé Colón) baja a tierra para
conocer el poblado y observa una casa de enterrarnientos
con cuerpos envueltos y lápidas de madera
con figuras de animales y del difunto talladas.
Colón mandó tomar rehenes y escoge dos
que parecían principales. Los indios intentan pagar
el rescate y mandan cuatro mensajeros, que traen
dos cerdos de monte, pero no lo consiguen. Los españoles
se sorprenden al conocer parte de la fauna
local y se divierten enfrentando un simio herido
con un saíno. Parten el 5 de octubre para Zorobaró(
...]." (Fernando González Vásquez, Colón en
Cariay. Indagando el encuentro ocurrido en
1502, p. 36.)
En el siguiente texto de la investigadora Eugenia
Ibarra Rojas, se hace referencia al señorío
del Guarco y a Quitao, personaje histórico que protagoniza
una entrevista del libro de texto.
"Este importante cacicazgo extendió sus influencias
sociopolíticas hasta llegar a ejercer control
sobre los caciques distribuidos desde el río Virilla
hasta Chirripó, lo que permite considerarlo
como señorío.
Aunque la información contenida en las
fuentes es escasa, permite alcanzar una comprensión
más amplia de la dinámica de los cacicazgos
y señoríos costarricenses, con respecto a algunos
aspectos de su modo de vida y a la resistencia
opuesta ante los españoles.
A la llegada de estos al valle del Guarco,
cerca de 1560, el cacique mayor era Quitao. Pocos
años más tarde ese cargo fue ocupado por Guarco
y, al fallecer este, por Correque, quien fue bautiza-
do con el nombre castizo de Fernando. A finales
del siglo XVI, un cacique joven, a quien reconocían
como hijo de Fernando Correque y a quien
llamaban Alonso, asumió esa importante posición.
En ese momento, los conquistadores españoles ya
contaban con mecanismos para impedir que ese joven
jefe desempeñara su papel a cabalidad. Del
proceso de lucha que Fernando Correque mantuvo
para que se respetaran las tradiciones indígenas y
del que Alonso sostuvo porque se le escuchara en
la defensa de sus derechos, se puede deducir que
existió una evidente federación de los pueblos de
los cacicazgos en un señorio, unido bajo un solo
señor. Se ha logrado determinar el control sociopolítico
del señorío del Guarco, el cual se extendió
hasta incluir los cacicazgos de Aserrí, Curridabat y
Pococí, en la costa atlántica, Suerre en el Atlántico
Norte y Chirripó muy cerca de Talamanca. Esto da
una idea de la procedencia del señorío, de la importancia
de la figura del cacique mayor y de la habilidad
y astucia que debió de poseer para manejar
con eficacia las relaciones sociales, políticas y económicas
establecidas, o sea, para mantener control
sobre tan vasto territorio ..." (Eugenia Ibarra Rojas,
"Las sociedades cacicales de Costa Rica", p. 36-
37.)
El siguiente texto permitirá a los educadores
ampliar la información sobre los recorridos de
Juan Vázquez de Coronado y su política de alianzas
para conquistar a los indígenas. La información
apoya el ejercicio titulado "Mi expedición a
Costa Rica".
"En los comienzos de su empresa, pretendía
Vázquez de Coronado, como primer objetivo, llegar
hasta el Atlántico y hallar la riqueza que allí se
decía existía. Ya en Costa Rica supo de dos ricas
provincias: la de Suerre, en el mar del Norte, y la
de Turucaca, en el Sur. Sin embargo, cuando Aserrí
vino a someterse, convino el capitán en que le
iría a visitar a su pueblo, para que se diese cuenta
del trato que se proponía darles a los naturales. No
obstante, el viaje le haría cambiar de planes.
Para cumplir el ofrecimiento, salió de Garcimuñoz
el día 12 de enero y, en un recorrido de cin-