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evitar este grave inconveniente es preferible usar grasas saturadas (sebo o aceite de palma) y sobre todo
protegidas (tratamiento con formol u otro) o presentadas en forma de jabones para que sean inertes a nivel
ruminal (TEH et al 1994, BACTOCCI et al 1989, BROWN-CROWDER et al 1996, ROUSSELOT et al
1995). En cambio, los aceites muy insaturados, como el aceite de pescado, perturban las fermentaciones
rumúiales y disminuyen el porcentaje de grasa en la leche (LEGER et al 1994). En las cabras, el suministro
de grasas disminuye mucho menos a menudo que en las vacas el porcentaje de proteína de la leche; puede
incluso mejorarlo si se trata de grasas de buena calidad, saturadas y protegidas (MORAND-EEHR 1996b).
Numerosos subproductos de cereales o de otros orígenes son usados como fuente energética para las cabras.
Citemos entre otros el suero resultante de la fabricación de queso de cabra, que puede ser usado eficazmente
por la cabra lechera (RAPETTI et al 1995).
4. Fuentes nitrogenadas
Las cabras lecheras parecen utilizar con la misma eficacia que las vacas las diferentes fuentes nitrogenadas
(tortas oleaginosas, semillas proteaginosas, harinas animales) que por lo general se incorporan en los
concentrados (HADJIPANAYIOTOU et MORAND-FEHR 1991). Según se observa, las cantidades de
proteínas digestibles a nivel intestinal PDIN y PDIE contenidas en la ración deben tener valores muy
próximos (con una tolerancia PDIE- PDDN/UFL < 10 en las cabras, MORAND-FEHR et SAUVANT
1988). Unas raciones experimentales en las que los factores limitantes PDIE o PDIN son diferentes y en las
que la cobertura de las necesidades nitrogenadas es variable, con frecuentes excesos de nitrógeno, pueden
explicar algunos de los resultados contradictorios obtenidos en ensayos que comparan distintas fuentes
nitrogenadas en cabras.
De todos modos las tortas de soja tratadas con formol, es decir las fuentes proteicas poco fermentables,
parecen mejorar ios resultados lecheros especialmente en las cabras de alta producción al principio de la
lactación (BLANCHART 1978, HADJIPANAYIOTOU 1992)., La mejora de las producciones lácteas no se
puede evidenciar en cabras de producción mediocre (HADJIPANAYIOTOU et PHOTIOU 1995). Otras
fuentes nitrogenadas poco fermentables como son las harinas de pescado o carne, parecen tener un efecto
limitado sobre la producción láctea (CISZUK et LINDBERG 1988, HADJIPANYIOTOU et MORAND-
FEHR 1991, MORAND-FEHR et al 1987a, LU et al 1990).
Además, varias experiencias demuestran que la torta de soja puede ser sustituida por las semillas
proteaginosas (feveroles, guisantes, altramuces...) sobre una base de equivalencia proteica (HACALA et al
1987, MASSON 1981, BROQUA et EMILE 1990). Los resultados de las experiencias en las que se
incorpora urea a la dieta son heterogéneas, pero la urea parece ser tanto menos favorable cuanto más altas
sean las producciones lácteas de las cabras. (CISZUK et LINDBERG 1988, LU et al 1990).
ESTRATEGIAS ALIMENTICIAS PARA LAS GRANDES'PRODUCTORAS
1. Definición de objetivos
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