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187<br />

5.6.3.6 Angiostrongilosis abdominal<br />

La Angiostrongilosis abdominal es una parasitosis<br />

producida por el nemátodo Angiostrongylus<br />

costarricensis (Aa) que utiliza dos huéspedes<br />

para completar su ciclo: el huésped definitivo<br />

natural lo constituyen varias especies de roedores.<br />

El huésped intermediario es un molusco,<br />

principalmente babosas de la familia Veronicellidae<br />

(Morera y Ash, 1970, citado por Conejo<br />

y Morera, 2007). La infección en humanos se<br />

produce cuando por accidente el ser humano<br />

entra en contacto con babosas infectadas por el<br />

parásito, principalmente al consumir productos<br />

agrícolas contaminados por babosas (frijol, tiquizque,<br />

yuca, entre otros) o bien por el contacto<br />

directo con el molusco. A su vez, las babosas<br />

adquieren el parásito al ingerir heces de roedores<br />

infectados. En el ser humano, el parásito<br />

se localiza a nivel de intestino, disminuyendo<br />

la luz del órgano y produciendo lesiones en la<br />

pared intestinal. En forma menos frecuente, el<br />

parásito puede alojarse en otras áreas del cuerpo<br />

y afectar el hígado y los testículos.<br />

La enfermedad fue observada en niños costarricenses<br />

en 1952, pero no fue sino hasta 1971<br />

que se describió su agente etiológico (Deford<br />

2007). En Costa Rica, cada año, se presentan<br />

alrededor de 300 casos de angiostrongylosis,<br />

principalmente en niños. Conejo y Morera<br />

(2007) encontraron un promedio de 350 casos<br />

anuales para el período 1995-1999.<br />

El principal grupo vulnerable es la población<br />

infantil entre 1 y 5 años, así como en edades<br />

escolares. En estos grupos de edad, es frecuente<br />

el contacto con la tierra y no se discrimina<br />

los objetos que se llevan a la boca. Este es el<br />

principal mecanismo por el cual se adquiere la<br />

parasitosis en infantes. En otras edades, el consumo<br />

de productos agrícolas contaminados y<br />

sin la debida preparación (limpieza y cocción),<br />

son los mecanismos de infestación 25 .<br />

25 Pedro Morera y Martha Conejo. Escuela de Salud Pública.<br />

Universidad de Costa Rica. Taller de validación de resultados.<br />

San José. 2008.<br />

La Zona Norte es la región de mayor tasa (Fig.<br />

5.35), sin embargo, Conejo y Morera (2007)<br />

encuentran que es en el Valle Central donde se<br />

presenta el mayor número de casos de la enfermedad.<br />

Cerdas (2005), citados por Deford<br />

(2007) encontró que el 8% de las lechugas en<br />

el Valle Central, presentaban babosas en sus<br />

hojas. Este es uno de los principales focos de<br />

contagio en la población costarricense.<br />

En escala cantonal, los 10 primeros en orden<br />

de afectación son Coto Brus, Guatuso, Upala,<br />

San Carlos, Los Chiles, Tilarán, Santa Bárbara,<br />

Puriscal, Naranjo y Osa.<br />

Sensibilidad: Relación con clima<br />

Un estudio realizado en la Zona Norte de Costa<br />

Rica y el Valle Central, demostró que existe una<br />

correlación entre la precipitación y la prevalencia<br />

de Angiostrongilosis (Morera y Amador,<br />

1998). Es una enfermedad que presenta una<br />

clara estacionalidad. Durante el período seco<br />

(enero-mayo) se concentra el 33% de los casos,<br />

mientras que el 67% restante se presenta de junio<br />

a diciembre.<br />

La información recopilada por Conejo y Morera<br />

(2007) tiene un período de registro poco extenso,<br />

por lo que los resultados que se obtengan no<br />

pueden ser concluyentes con respecto al efecto<br />

de la variabilidad climática sobre la fluctuación<br />

del número de afectados por la enfermedad.<br />

Sin embargo, para el período de análisis, se observa<br />

un comportamiento ajustado a las fases de<br />

ENOS y su efecto esperado en la precipitación<br />

anual para las dos vertientes de Costa Rica.<br />

Tal y como se observa en la Figura 5.36 A, durante<br />

los eventos La Niña, la tasa en las regiones<br />

del Pacífico tiende a aumentar y durante el<br />

evento El Niño de 1997, la tasa disminuyó. Es<br />

probable que las condiciones húmedas favorecieron<br />

el desarrollo de la babosa. Adicionalmente,<br />

Retana et al (2003) encontraron que<br />

Capítulo 5

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