Revista Quid 57
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escrita. Yo empecé a ordenar, cuando empecé a escribir,<br />
cuando pude escribir desordenadamente lo que pensaba que<br />
era algo ordenado y pude ver que eso era un caos y que era<br />
el reflejo de mi vida. Entonces, cuando escribí el segundo<br />
borrador de ese caos y lo organicé, sin darme cuenta, empecé<br />
a organizar mi vida. Como si al corregir un texto, me fuese<br />
corrigiendo yo. En mi manera de escribir eso es un paso<br />
fundamental. Yo me corrijo para corregir un texto. Quizás a la<br />
persona que le debo una palabra ajena es a Mario, un tipo de<br />
Alcohólicos Anónimos que conocí cuando estuve en la cárcel<br />
de Caseros. Sus palabras no sólo me ayudaron sino que me<br />
incitaron a escribir. Yo le hinchaba tanto las bolas a Mario que<br />
él me decía: “no me lo contés, escribilo porque no te aguanto<br />
más”. Y con esto, creo que él lejos de querer sacarme de encima,<br />
confiaba que al escribir yo iba a ordenarme. Yo estoy convencido<br />
de que los psicólogos tendrían mucho menos trabajo<br />
si la gente llevara un diario personal en el que poder ordenar<br />
todo lo que hace. Ver qué cosa mereció hacerse y qué cosa<br />
uno no hizo. Leerlo y ver que no es tan grave; mañana puedo<br />
empezar y ser más ordenado. Inclusive si uno se anima podría<br />
escribir el diario de mañana, yo durante mucho tiempo llevé<br />
el diario de mañana. Uno tiene la posibilidad de convertir a la<br />
máquina de escribir en la máquina del tiempo.<br />
–Abelardo Castillo, uno de sus maestros, dijo que<br />
preguntarle a un escritor cuándo escribe es obligarlo a<br />
mentir, ¿usted también tiene esa relación culposa con<br />
la literatura? Sí, nunca escribo. Ahora estaba por escribir y<br />
me fui a ver un partido de fútbol. Siempre postergo, esquivo.<br />
Es igual de tortuosa mi relación con la escritura pero creo que<br />
tiene que ver con todo lo interior que necesito que cuadre,<br />
que cuaje y que no sé bien qué es, qué falta. Nunca es el<br />
momento adecuado para escribir. Pero por otro lado, siento<br />
que también uno está escribiendo todo el tiempo. De la<br />
misma manera que no escribo nunca, escribo todo el tiempo,<br />
porque mi vida es sólo esto. Me paso semanas enteras en esta<br />
casa. Quizás salgo una vez por semana a la calle. Voy al chino,<br />
que lo tengo al lado, y no mucho más. Después estoy todo<br />
el tiempo rodeado de papeles, de máquinas de escribir, de<br />
computadoras, de libros y todo el tiempo planeando. Yo creo<br />
que, y esto es algo que también dijo Abelardo, tanto el mejor<br />
escritor como el peor escriben de la misma manera: como<br />
pueden y cuando pueden.<br />
–En una entrevista reciente dijo que prefiere estar del<br />
lado de los que hacen, que del lado de los que critican,<br />
¿cuál es su relación con la crítica, pero no con la<br />
especializada, sino con la de la gente que realmente le<br />
importa? Con ellos la relación es bárbara. Son mis lectores<br />
de confianza y me hacen una crítica como la del taller. Es un<br />
crítica dada desde el amor, desde la confianza en lo que estoy<br />
haciendo y desde la más absoluta despersonalización. En<br />
cambio, en la crítica especializada, el crítico quiere escribir<br />
con la sangre del escritor. Es una rata por eso. Abelardo Castillo<br />
también dice “si no amás a la literatura, no escribas, pero<br />
por favor no seas crítico”. Hablo de los críticos que no aman<br />
a la literatura. Yo tengo una crítica de La ley de la ferocidad<br />
en la que una periodista dijo que la escena de las palomas era<br />
un “kiss literario”. A eso después le agregaba que yo escribía<br />
bien, que estaba excelentemente redactada, como lavando la<br />
culpa porque tenía que decir algo. Pero a veces es mejor mojar<br />
la pluma en tu propia sangre. La letra sale más apretada y<br />
quizás hay más riesgo, pero mojar la pluma en la sangre de los<br />
demás es bastante impune. Esa crítica de la que te hablo salió<br />
en Ñ. Era genial porque la gente me decía: “che, qué buena la<br />
crítica en Ñ” y yo decía: “no, si me da con un caño”. Pero eso<br />
no lo leía nadie, todos veían la foto enorme que estaba arriba<br />
del texto. Es una pena porque es hasta ahí donde llegan. No<br />
pueden ni hacer que lean lo que escribieron porque las palabras<br />
son impotentes. El texto no significa nada, el texto es una<br />
cascarita sutil que flota en el contexto. El mar es el contexto.<br />
En ese contexto de no sentir nada, tu texto puede ser perfecto,<br />
pero una cascarita perfecta y una cascarita imperfecta<br />
flotando en el mar quién la puede diferenciar.<br />
–En referencia a la crítica, antes nombraba una frase<br />
suya bastante peronista. Es muy gracioso cómo fue su<br />
primer contacto con el peronismo… Sí, mi viejo tuvo<br />
mucho que ver en eso. Un día en la escuela, estaba en quinto<br />
grado y por primera vez escuché la palabra peronista. Entonces,<br />
apenas llegué a mi casa, le pregunté a mi viejo: “¿qué es<br />
peronista?”. Y él me respondió: “lo que vas a ser de acá hasta<br />
que te mueras, si no querés que te rompa el culo a patadas”.<br />
Una buena forma de adoctrinamiento. Pero después me afilié<br />
al Partido Obrero. Fundé el local de Avellaneda, milité cuatro<br />
años. Estudié El capital, la historia de la Revolución Rusa,<br />
me morfé a Trotski, que me encanta como escribe. Un día<br />
le quise explicar a mi papá y él me dijo: “yo tengo una sola<br />
ideología: ahí donde hay una necesidad nace un derecho, Eva<br />
Perón”. Eso me quedó para siempre. No hace falta estudiar<br />
nada más, entra todo en esa frase. Claro, el peronismo tiene<br />
un líder fascista y la izquierda nunca lo entendió porque ese<br />
detalle es duro. Pero en excusa de ese detalle se volvieron<br />
“gorilas” y descreyeron de todo el movimiento obrero que significó<br />
todos los logros que significó y terminaron en una teoría<br />
que es “cuanto peor, mejor”, que es la teoría que hoy tiene el<br />
trotskismo argentino.<br />
–¿Le molesta que muchas veces se crea que toda literatura<br />
autobiográfica tiene que ver con cierta falta de<br />
imaginación del autor? Primero que autobiográfico es un<br />
término que está mal. Mi biografía no es esa, en todo caso es<br />
autorreferencial. Yo creo que la gran literatura está hecha de<br />
eso. Inclusive lo mejor de Borges: “Nadie rebaje a lágrima<br />
o reproche / esta declaración de la maestría / de Dios, que<br />
con magnífica ironía / me dio a la vez los libros y la noche”. Y<br />
el tipo era ciego y trabaja en la Biblioteca Nacional. Para mí<br />
hay que tener mucha más imaginación para ser Bukowski<br />
que para ser Tolkien, te lo aseguro. “Alguna gente es joven<br />
y nada más / alguna gente es vieja y nada más / Y alguna gente