Revista Quid 57

Izq. La escultura Poe regresa a casa,
de Stefanie Rocknak, descubierta
el 5 de octubre de 2014.
La obra está ubicada en la Plaza
Poe, inaugurada en 2009.
Der. Lápida del escritor colocada en
1913, en el sitio original donde
yacen sus restos.
lo que ha sabido invertir en ella; y mientras sobre la explanada la guarnición en pleno desfila
ante nuestros ojos en carne y hueso, desde las almenas continúa él aterrándonos con cañones
de pacotilla y múltiples morriones de fiero aspecto que penden de palos de escoba”.
En 1845, la guarnición desfilaba a pleno para el señor Poe. La publicación de “El cuervo” lo
había convertido en el hombre del momento. Recitaba su poema públicamente (según parece,
con melodiosa voz), causando una enorme impresión entre el público y recibiendo la especial
atención de las damas. Sin embargo, esta repentina fama coincidía con la agonía de Virginia. La
paradoja no podía sino resultar grotesca para una persona con la sensibilidad del Edgar.
Se ha dicho que su relación con la poetisa Frances Sargent Osgood fue originada por esta
situación y que incluso Virginia veía en esta mujer una influencia beneficiosa sobre su marido;
pero el devaneo dio lugar a uno de los mayores escándalos en la vida del escritor. Una escritora
desdeñada por Poe pudo ser la promotora del escándalo; pero otras fuentes hablan de las pretensiones
que Griswold, el viejo rival de Poe, tenía sobre el corazón de Frances.
En todo caso, en 1847, Poe y Frances Osgood dejaron de verse definitivamente. Esta ruptura
coincidió con la muerte de Virginia. La mujer de Poe tenía sólo veinticuatro años de edad.
Parece ser que Poe, cuya salud ya no se repondría del todo, siguió el cortejo fúnebre de su
mujer envuelto en su vieja capa de cadete que durante meses había constituido el único abrigo
de la cama de Virginia. En todo caso, los biógrafos del escritor se servirían de la escena para
recordarnos la importancia que en Poe poseía el tema de la muerte de una hermosa mujer.
Cada vez más inestable, el escritor intentó cortejar a otras mujeres. Hubo incluso propuestas
de matrimonio. Nada llegó a concretarse. El poema “Ulalume” y el ensayo cosmogónico “Eureka”
son el producto literario de esa época alucinada, en la que la obra epistolar de Poe cobra
una particular importancia. En esas cartas se advierte cómo se alternaban en el escritor los
accesos de lucidez y aun de entusiasmo, con otros de la más negra desesperación. En noviembre
de 1848, Poe intentó suicidarse con láudano. La droga actuó de emético, salvando la vida
del escritor.
Su reencuentro, en Richmond, con un antiguo amor de juventud, Sarah Elmira Royster,
lo animó una vez más a contraer matrimonio. La fecha de la boda se concertó finalmente para
el 17 de octubre de 1849. Se vio al escritor en la ciudad de Richmond entusiasmado, e incluso
feliz. Es en ese momento cuando se le pierde el rastro, hasta su última aparición en Baltimore.
El 3 de octubre de 1849, Poe fue visto en las calles de Baltimore delirando, sucio y con parte
de la vestimenta rota. Un amigo al que le llegó la noticia se ocupó de gestionar la internación
en el Washington College Hospital, donde el escritor murió el domingo, 7 de octubre, a las
cinco de la madrugada. En ningún momento fue capaz de explicar cómo había llegado a una
situación tan lamentable y oprobiosa, ni por qué llevaba ropa rota que, además, no era de él. La
leyenda cuenta que en sus últimos momentos invocaba obsesivamente a un tal Reynolds (acaso
el explorador polar que había servido de referente para su novela de aventuras fantásticas).
Los periódicos de la época informaron que la muerte del señor Poe se debió a “congestión” o
“inflamación” cerebral.
Hoy, la causa exacta de la muerte continúa siendo un misterio, aunque se cree que pudo
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