Revista Quid 57

Semblanza
uno
Artaud,
la bandera
CALCINADA
Poeta, dramaturgo, ensayista,
novelista, director escénico, actor
y maldito
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POR Nancy Giampaolo
Nació en Marsella, Francia, el 4 de
septiembre de 1896 y lo llamaron Antoine
Marie Joseph Artaud. Poeta,
dramaturgo, escritor, guionista, director
de teatro y actor, se consolidó, después
de su muerte en marzo de 1948, como
un favorito del público joven. “El grito
de Artaud –dijo André Breton– parte
de las cavernas del ser. Para siempre
la juventud reconocerá como suya esa
bandera calcinada”.
Fue adicto al opio y escribió a favor y
en contra de las drogas. Se peleó con
otros artistas de su tiempo, fue pobre al
punto de no tener para comer y escribió
infinidad de páginas. Se metió de lleno
en las experiencias con alucinógenos
junto a los Tarahumaras
de Méjico,
país al que viajó “casi sin dinero y decidido
a todos los riesgos para cambiar
de vida”, al cumplir los 50 años. Diagnosticado
de esquizofrenia, adicto y
compulsivo, pasó largos periodos en clínicas
para enfermos mentales, pero es
tomado como una importante influencia
para pensadores de su país, como Deleuze
y Guattaridre. Breton también
reflexionó en ese sentido durante
una entrevista que le hicieron en 1959:
“La enfermedad de Artaud no fue de
aquellas que entrañan, en un sentido
psiquiátrico, un déficit intelectual. Es
un error demasiado expandido
creer que en semejante caso
la ideación está comprometida a fondo y
que todos los territorios que dependen
de ella están alterados. Nada es tan simple.
En cuanto a Artaud, hay grandes
extravíos de juicio acerca de los fines
últimos, extremas violencias espumando
en un total desenfreno verbal, manifestando
una tensión interna de la especie
más punzante ante la cual nada impedirá
que nosotros seamos estremecidos
durante mucho tiempo. En el estado
actual de nuestros conocimientos, demasiado
ambicioso sería querer explicar
por qué efecto de conjuración “en espejo”,
Artaud, poco antes de morir, ha
podido realizar la obra hiper lúcida, la