Revista Quid 57
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Catalina I de Rusia<br />
Tema de tapa<br />
cinco<br />
Los CONDENADOS<br />
A lo largo de la historia hubo algunos hombres y mujeres que intervinieron en la política pero<br />
no tuvieron ninguna suerte<br />
POR Emilia Simison*<br />
84<br />
La RAE define “maldito” como alguien<br />
perverso, de mala intención y dañadas<br />
costumbres, sin lugar a dudas la acepción<br />
en la que piensa la mayoría cuando<br />
une la palabra maldito a algún político<br />
o política. Sin embargo, para la RAE<br />
“maldito” es también aquel que va contra<br />
las normas establecidas. En esta última<br />
acepción el término suele aplicarse, desde<br />
Paul Verlaine, a aquellos que viven<br />
al límite y conjugan talento, creatividad<br />
y originalidad con infiernos interiores y<br />
actitudes contrarias a la moral imperante,<br />
hombres y mujeres cuya unicidad termina<br />
convirtiéndose en su propia maldición.<br />
Por suerte para nosotros, aunque generalmente<br />
no para ellos, en el mundo de<br />
la política también es posible encontrar<br />
políticos malditos en este sentido. Un<br />
caso paradigmático fue Johann Friedrich<br />
Struensee, doctor alemán que<br />
se desempeñó como médico real del rey<br />
Christian VII de Dinamarca (conocido<br />
por sus problemas mentales) y que en<br />
1770 llegó a ser nombrado consejero real<br />
convirtiéndose al poco tiempo en regente<br />
de facto. Sus ideas eran progresistas tanto<br />
en medicina (fue pionero en técnicas de<br />
inmunización) como en política: impulsó<br />
medidas como la abolición de la tortura,<br />
el trabajo cautivo, la censura de la prensa,<br />
privilegios nobiliarios y el comercio<br />
de esclavos en las colonias, la criminalización<br />
y castigo del soborno y la instauración<br />
de instituciones para el cuidado<br />
de los niños abandonados. Sin embargo,<br />
sus ideas y políticas combinadas con su<br />
personalidad, sus lecturas de vanguardia<br />
(y extranjeras) y su relación adúltera (y al<br />
parecer no muy secreta) con la reina lo<br />
transformaron en un maldito a los ojos de<br />
la aristocracia y en el foco de las críticas<br />
de la reciente prensa libre. Luego del<br />
nacimiento de la segunda hija de la reina,<br />
casi con seguridad hija de Struensee, fue<br />
ejecutado y quienes lo sucedieron dieron<br />
marcha atrás con todas sus reformas que<br />
debieron esperar otros cuantos años para<br />
volver a ser implementadas.<br />
Otro personaje maldito de la política<br />
fue Olympe de Gouges, escritora,<br />
dramaturga y panfletista política francesa.<br />
De familia burguesa, se casó muy<br />
joven con un hombre mayor con el que<br />
no fue feliz y, al quedar viuda, se negó<br />
a volver a casarse. Se opuso desde sus<br />
obras a la esclavitud, difundió un amplio<br />
programa de reformas sociales que incluían<br />
la instauración de un sistema de<br />
protección materno-infantil, la creación