Revista Quid 57

única vez, mata a una gallina y la cocina.
Después, frente a los niños hambrientos,
se come la gallina, toda, entera, la
come con las manos, chupando los huesos
y dejándolos caer uno por uno en el
plato. Al otro día, cuando terminan el
ayuno, sólo habrá caldo para almorzar.
En los libros, a los malvados se los ama
en silencio. De eso se trata”.
ADELA BASCH, escritora, dramaturga,
autora de Que la calle no calle y Crecí
hasta volver a ser pequeña, entre otros:
“Cuando pienso en villanos de la literatura,
el primero que se me presenta
es el fabuloso Mr. Hyde. Creo que para
su otra parte, el no menos fabuloso Dr.
Jekyll, debe haber sido un gran alivio
poder dejar de reprimir sus aspectos
‘bestiales’ y permitir que se expresaran
en el voluntarioso y solidario (para con
el Dr. Jekyll) Mr. Hyde. Más aún, imagino
que para el siempre correcto doctor,
de una personalidad obsesionada por
el cumplimiento del deber, de características
casi rayanas con el afán de
perfección, ha de haber resultado muy
liberador ver que sus partes ‘monstruosas’,
de las que no le era posible hacerse
cargo ni sublimar, cobraban vida en otra
persona en apariencia absolutamente
ajena a él”.
ALEJANDRO SOIFER, escritor, autor de
Los Lubavitch en la Argentina: “Siempre
me encanta pensar a los villanos, los
considero lo más rico de la experiencia
literaria. Mi villano favorito en realidad
es un colectivo y son los nazis. Creo que
el nazismo, con toda su enorme responsabilidad
en el horror más terrible del
siglo XX, ha pasado a la literatura y la
ficción como el villano perfecto, porque
encarnan precisamente el Mal Absoluto.
Además, la cuidada estética tenebrosa
de sus oficiales SS (uniformes negros,
calaveras, runas vikingas) y la arquitectura
y el arte exagerado de barroquismo
gótico-esotérico también aportaron a su
construcción como el perfecto villano
de miles de ficciones. Para pruebas
científicas basta ver el listado de
películas de Indiana Jones: de las cuatro
hay dos excelentes y dos malas o mediocres.
Las dos excelentes (Los cazadores
del arca perdida y La última cruzada,
sin contar el videojuego Indiana Jones y
el destino de la Atlántida) tienen como
villanos a los nazis. ¿Coincidencia? No
lo creo”.
ESTEBAN CASTROMAN, escritor, autor
de El alud: “Me gustan aquellos libros y
films donde los villanos son verdaderos
héroes del relato. Esas caracterizaciones
que en vez de constituir la metonimia
del mal absoluto, por el contrario, funcionan
como telescopios para examinar
la complejidad panorámica de una
época. Entre la infinidad de ejemplos
posibles, mi villano favorito de los últimos
tiempos es Alien: el matón, dealer,
rapero, traficante de armas, latin lover,
soldado de la chifladez y pianista amateur
que interpreta James Franco en
la película indie estadounidense Spring
Breakers (Harmony Korine, 2012).
Cada vez que vuelvo a ver ese mash up
de comedia teen, erotismo drogadictil,
thriller soleado, drama tenue y acción/
disparos/mafia que es Spring Breakers
pienso que la villanía de Alien tal vez
sea una manera exagerada e irracional
–algo tragicómica, algo romántica,
incluso algo ingenua, aunque violenta al
mango aun en su teatralización neurótica–
para no pensar en la muerte. Como
si la intensidad-non-stop fuera un cubo
con ácido donde disolver los horrores
más profundos o una alfombra mullida
bajo la cual ocultar todo lo otro. Para
seguir viviendo al límite, en velocidad
hardcore, con la inercia de lo irreversible.
Pura violencia pop en carne viva”.
ERICA GARCÍA, cantante y artista plástica:
“Sin dudar elegiría ser la versión
femenina de El Guasón (The Joker),
enemigo de Batman. La interpretación
de Heath Ledger es una de mis
lecciones de actuación de cabecera. El
personaje es malvado pero ríe, lo que le
aporta paradoja y acción. Es muy inteligente,
carismático y no tiene límites.
Estéticamente es un ícono que aparece
en millones de remeras, avatares y posters.
Es mi preferido, de lejos”.
NORMAN BRISKI, actor, dramaturgo,
director teatral, docente: “Mi villano
es Ricardo III. Las razones: haber sido
el primer protector del teatro en la
historia moderna y el creador de las
dos universidades más importantes de
Inglaterra”.
ALEJANDRO PARISI, escritor, autor de
La niña y su doble y Con la sangre en el
ojo: “Cuando tenía 10 años, en el cumpleaños
de un compañero vi por primera
vez El regreso del Jedi en súper 8,
proyectada en una sábana blanca en un
patio de Lugano. Enseguida me fascinó
Darth Vader con su respiración pesada,
su cuerpo mitad robot mitad despojo
humano, y esa voz capaz de acojonar
a cualquiera. Y su máscara, ese rostro
escondido, imperturbable. Treinta años
después, Darth Vader sigue siendo el
mejor. Admiro su decisión de vengarse
del universo por atreverse a contrariarlo,
su poder para destruir a cualquiera
sin necesidad de tocarlo… Lord Vader,
Darth Vader, señor del Lado Oscuro.
Los demás son aprendices de malvados”.
ALBERTO ROJAS APEL, actor, dramaturgo,
guionista: “Sin ninguna duda el
villano que más me gustaría ser es un
zombi. No uno de los zombis nuevos, de
esos que ahora se llaman ‘infectados’,
que corren y parecen rabiosos. No. Un
zombi clásico, los que arrastran los pies
y parecen medio tontos. Desde siempre
me gustaron. Quizás porque un zombi
es puro instinto, cero raciocinio. Y me
encantaría probar eso de no pensar,
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